Es necesario que el orden que Dios ha creado para la familia pueda cumplirse cabalmente. Hablaré del padre, cuyo rol es importantísimo. Papá, debes conocer lo que dice el texto sagrado acerca del papel que Dios te ha asignado a ti como padre de familia:

“Maridos, amad a vuestras mujeres así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella.” Efesios 5:25

El papel del marido es amar a su esposa en una forma sacrificial. Ser fiel, respetuoso, no áspero, ni provocarla a la amargura. Dice también en el contexto que el marido debe aprender a vivir sabiamente con su esposa, aprender a tratarla con fragilidad, con ternura, de tal manera que pueda fortalecerla y ayudarla a cumplir con su papel de madre.

“Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis ásperos con ellas.” Colosenses 3:19

El marido debe tratarla con sabiduría, entendiendo la diferencia entre un hombre y una mujer, en fuerza, en emociones y demás funciones. También se le ha dado un papel principal en el hogar y es el ser proveedor económicamente.

Cuando un padre de familia sabe proveer económicamente a la casa, hay un ambiente de tranquilidad, porque están siendo suplidas las necesidades básicas de la vida; en cambio, cuando el padre no cumple responsablemente esta área, hay una situación de estrés o ansiedad que gobierna el hogar generando disturbios emocionales y demás.

¿Hay alguien en casa? Papá, ¿estás tu presente en cuerpo, alma y espíritu? Dios pide a la mujer que respete a su marido, que esté sujeta a él en todo lo que es agradable a Dios, lo que es bueno, lo que es justo:

“Asimismo vosotras mujeres, estad sujetas a vuestros maridos.” 1a. Pedro 3:1

“…que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos.” Tito 2:3-5

Una mujer es llamada a amar a su marido y a sus hijos, a ser prudente, que aprenda a autolimitarse en su libertad de hablar, de pensar y demás, para que las pasiones no le ganen, sino el razonamiento; esto evita muchos pleitos.

Dios las llama a ser castas, puras moralmente, a no dar lugar a nada inmoral en sus vidas, a ser cuidadosas de su casa, a ser buenas, respetuosas de sus maridos, de esta manera dice, “la palabra de Dios no será blasfemada.”

Día a día, cada uno de los responsables de cuidar la familia, el padre y la madre deberán velar; cada quien cumplir con su papel y estar al pendiente del mismo para que pueda funcionar la familia. Es importante en el matrimonio y en la familia, que el hombre está conciente de su responsabilidad y hacerlo con gozo y alegría, y también que la mujer entienda que su primordial responsabilidad es cuidar a los niños y el hogar.