El suicidio como resultado de conflictos amorosos

Hablando de la juventud temprana, hay un dato muy, muy importante que inquieta no a grupos cristianos conservadores, moralistas, como luego las personas de “ amplio criterio ” quieren ver a los cristianos, sino a organizaciones internacionales como la misma Organización Mundial de la Salud y es el siguiente:

En países como México, la segunda causa de muerte en la juventud temprana, es decir, de los 15 a los 19 años de edad, es el suicidio, la primera causa de muerte son los accidentes automovilísticos bajo los efectos del alcohol ”.

En la inmensa mayoría de los casos el suicidio en esa edad es precisamente por circunstancias amorosas, el novio o la novia es cortado como se dice, es terminado por su novio o por su novia según sea el caso y quedan profundamente deprimidos, tristes, frustrados, amargados, con un estado depresivo severo y profundo que en muchos casos los lleva al suicidio.

El joven en etapa temprana no está preparado ni física, ni emocionalmente para este asunto. La relación sentimental entre un hombre y una mujer no son un juego, las Escrituras jamás hablan de esto como un juego.

Yo sé que muchos podrán decir: “bueno, pues eso le sucede a unos cuantos, a mi me ha ido muy bien”. Algún adulto dirá: “ha sido muy divertido todo eso”.

Esa es la opinión de muchos, es una opinión que se respeta, pero las estadísticas son tristes, son alarmantes. Cómo es posible que jóvenes entre 15 y 19 años se suiciden y que la mayoría de las veces ese suicidio tuvo como la razón de ser un desamorío, una relación amorosa frustrada, una situación en donde uno de los dos quedó sufriendo y el otro se fue contento por la vida, quizás porque le gusta otro muchacho u otra muchacha y el otro que está siendo abandonado, queda en un estado de tristeza bastante profundo.

Es algo de lo cual debemos reflexionar y no partir de una base egoísta, individualista diciendo: “vaya, es algo muy bonito”.

Entendamos que la relación entre los seres humanos es algo delicado, según dice la Palabra de Dios, es algo muy, muy importante y el asunto afectivo entre un hombre y una mujer es mucho muy, muy importante. Dios sabe por qué habla del sexo y de las cosas afectivas en el contexto del matrimonio fundamentalmente.

Dios que es nuestro Creador, sabe cómo funcionan los sentimientos del ser humano, qué tipo de sensaciones y de emociones tan fuertes quedan clavadas en la mente, en el corazón de los seres humanos, y por eso, Él en su amor hacia nosotros nos dice que todas esas relaciones afectivas deben darse en cierto momento y en cierto contexto y no dice que deban de darse en la adolescencia o en la juventud temprana.

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