Que los padres no evadan el tema de la sexualidad
Otro punto muy importante para poder estar ayudando a nuestros hijos en ésta área es no evadir lo temas. Es muy común que de repente los padres cuando ven que sus hijos adolescentes o preadolescentes quieren abordar el tema del sexo o alguna cuestión relacionada, los padres tienden a darle la vuelta, a evadirlo y cuando lo logran, como que suspiran y descansan; éste es el peor error que usted puede hacer, porque eso quiere decir que su hijo tiene dudas, e inquietudes y que está buscando solucionarlas con usted, y al haber usted evadido el tema, obviamente ellos quedaron insatisfechos en su curiosidad, en su intriga, en sus cuestionamientos, y se dieron cuenta que usted no está preparado para ello y bucarán a alguien más que sí les responda sus dudas, y lamentablemente lo más común es que encuentren en ese alguien más al vecino, al amigo, al compañero de la escuela, o algún familiar que definitivamente no está en condiciones para poderlo orientar, porque la instrucción que él ha recibido está distorsionada.

Debemos aprender a abordar la plática, cuando hay preguntas, igualmente investigar qué tanto saben ellos del tema, ¿para qué? Para no darles más información de la que ellos necesitan.

Por ejemplo, si un niño o un preadolescente de 9 años de edad comienza a preguntar acerca de la actividad sexual, uno como padre de familia no se va a ponerle a dar toda una cátedra acerca de sexología y acerca de cuestiones matrimoniales porque no está preparado para ello.

Pero uno puede preguntarle: ¿qué sabes tú del tema, qué te han comentado, qué has escuchado? Entonces comenzará a relatar toda la información que le ha llegado, de tal manera que los padres sabrán qué necesita, qué hay que corregir de la información que tiene y también qué más hay que añadir a la información que él ya recibió precisamente para poder satisfacer su curiosidad, su duda y no dar más de lo que él realmente requiere.

Es decir, debe de tener información preparada para cada una de las etapas del crecimiento del hijo, porque no es lo mismo instruir a un pequeño de 8 años que pregunta acerca del tema, que instruir a un adolescente de 15 años de edad que está preguntando con un poco más de conciencia acerca de lo que es la sexualidad.

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