El papel de los padres en la formación de la personalidad de los hijos.
 

Grandes errores en la formación de los hijos.
 

Por: Dr. Octavio Maldonado

¿Qué está haciendo usted con su hijo? ¿Cómo esta usted apoyando en la formación de su personalidad? ¿Qué se puede hacer por ellos? Realmente hay una marcada influencia, un papel muy importante que corresponde a los padres.

A continuación presentaré algunas estadísticas de la Asociación Americana de Psiquiatría del Niño y del Adolescente. En estas estadísticas se nos muestran los patrones característicos que siguen muchos niños, por ejemplo:

Un padre alcohólico tiene 4 veces mayor probabilidad de que sus hijos sean alcohólicos en comparación con un padre que no sea alcohólico. Lo mismo sucede con los padres y los hijos drogadictos y los padres con algún otro tipo de trastorno mental.

Lo anterior se debe en gran manera a la falta de instrucción y la copia en los modelos . No es una casualidad que esto se presente. Los dos grandes errores que cometen los padres en la formación de los hijos: son precisamente, la falta de instrucción y el abandono.

Es muy frecuente escuchar: “Mi hijo es muy enojón”, “mi hijo es muy rebelde” , como si fuera una particularidad del hijo, y que en este comportamiento los padres fueran incapaces de influenciarlo o corregirlo. Sin embargo, es la falta de instrucción del padre sobre el hijo lo que puede tener estas consecuencias.

Lo primero que debemos saber es que todos los niños nacen con ciertas tendencias emocionales , es decir, hay niños que pueden tener una tendencia al enojo, otros pueden tener una tendencia a la rebeldía; pero estas tendencias se pueden corregir con instrucción adecuada.

Sin embargo, cuando la tendencia no se corrige a tiempo por la falta de esta instrucción, la tendencia se convierte en un hábito y cuando el hábito se repite y se repite y se vuelve a repetir, después es casi imposible quitarlo.

“Mi niño es muy enojón”. No; lo cierto es que nunca lo corrigieron, nunca lo instruyeron, entonces el niño va a seguir repitiendo el patrón que ya se ha habituado en él.

Usted como padre puede decir: “es que así es él” . Nosotros decimos: ¡no! Hay que instruirlo. Si un padre de familia no instruye y corrige estas tendencias, será responsable de las consecuencias posteriores.

Para esto hay que conocer al niño, hay que conocer sus tendencias, conocer sus fortalezas así como sus debilidades, sus virtudes; pero también hay que conocer sus defectos, para que el padre pueda en un momento dado estimular las virtudes y estimular las fortalezas y protegerlo, instruirlo y ayudarlo en sus debilidades.
¡Instrúyeme! ¡Corrígeme! ¡No me gusta ser así!
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