Aprendiendo a perdonar. Parte I
 

Perdonando en todo tiempo.
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Es necesario aprender a perdonar a cualquier edad. En los hogares se enseña muy poco acerca del perdón. Nuestros hijos observan que papá y mamá continuamente tienen conflictos interpersonales, discusiones, agravios, etc., y en vez de aprender a perdonar se vuelven igualmente hostiles.

El perdón es importante porque:

•  Disminuye la probabilidad de problemas cardiovasculares, de problemas inclusive emocionales o mentales.

•  Se fortalece el matrimonio.

•  Para hacerle frente a las situaciones que generan estrés en nuestras vidas, agravios, ansiedades, porque otras personas no nos proveen el afecto, el cariño, el amor, la amabilidad que esperábamos de ellas, porque vivimos en un mundo hostil, en un mundo donde somos agredidos de diferentes maneras.

•  El perdón nos enseña a amar, a ser compasivos, misericordiosos y podemos adaptarnos a situaciones donde, en vez de pagar un mal con un mal, devolvemos ese mal que nos han hecho con un bien.

Personas que están a punto de morir, que no han perdonado, que guardan resentimientos, personas que están desahuciadas por enfermedades como el cáncer, o que viven en soledad, sin el apoyo moral de otras personas, que se sienten agraviadas, lastimadas, abusadas, cualquiera que ha sido víctima de un crimen, de accidentes, de abusos en la niñez, de injusticias del gobierno, pero que deciden perdonar, pueden ser libres de ese dolor, de esa herida.

Pero quien no decide perdonar se vuelve presa del rencor y de la amargura. Cuando das lugar a la amargura, entonces te autodestruyes, te sientes víctima y nunca logras perdonar a la persona que te ha ofendido, ni ser sanada de esa herida.

El perdonar implica ser libres de un pasado, de una tumba donde estamos sepultando sentimientos, rencores, amarguras, corajes, iras, pleitos, etc.
¿Qué pasa cuando no perdonamos?
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