Aprendiendo a perdonar. Parte II
 

Evidencias de la amargura.
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Estas son las evidencias que hay en una persona que tiene amargura y no ha perdonado:

El enojo; te vuelves irritable, corajudo, agresivo, mal humorado, te enciendes fácilmente, te acuerdas con detalles de lo que te hicieron, no tienes paciencia ni aceptas a los demás como son, estás muy conciente de cómo te tratan.

Eres una persona vengativa, te sientes muy fácil cuando te lastiman o te dicen cosas. A veces quieres ser el centro de atracción, o tienes tan baja autoestima que quieres tratar de lograr llamar la atención de los demás para sentir algo, sentirte algo en la vida.

No amas, ni crees que puedan amarte, no buscas a la gente, no perdonas con facilidad las ofensas que te hacen, hablas mal de otros, no amas con libertad, te cuesta mucho trabajo dar y recibir amor. Y cuando te hacen algo inmediatamente piensas lo malo de la persona en vez de pensar lo bueno, piensas mal.

¿Por qué esta conducta? Por el egoísmo. ¿En qué está centrada la falta de perdón? En el lego, en el yo, en el no querer yo perdonar, en el no querer yo la venganza, el querer yo ver que la persona que me dañó sufra y pague las consecuencias, etc.

Es una conducta que está centrada en nosotros mismos. Tratas a las personas según te afecten: si te tratan bien, las tratas bien; si te tratan, mal las tratas mal. Es algo muy grave, porque te digo, la idea del perdón se queda ahí trabada en tus resentimientos, tus deseos de agraviar al otro y de vengarse del otro, se hacen fuertes.

Además, a muchos el perdón les resulta algo injusto, o sea, expresan palabras como estas: ¿por qué he de perdonar a la persona que me lastimó? Usted no sabe lo que se siente, ¿por qué debo yo perdonar a otros? Son preguntas que fluyen dentro del alma de las personas que sienten que perdonar es algo injusto.

El perdón ciertamente no surge en el hombre de manera espontánea y natural; perdonar sinceramente, en ocasiones resulta algo heroico, como ocurre en aquellos que se han quedado sin nada porque les robaron o porque tuvieron que salir de su país en una guerra y perdieron sus posesiones, sus propiedades después de un desastre natural o han soportado ultraje y violencia y no pueden dejar de sentir la tentación de odiar y de la venganza.
El amor te ayuda a perdonar
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