Abuso sexual en los niños, Parte I: "Un torbellino interior"
 

¿Has sido víctima de un abuso sexual?
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Si tú has sido abusado sexualmente, habla con una persona de tu confianza, ve con un especialista que pueda ayudarte, puede ser un guía espiritual, un líder, un maestro, un consejero, un orientador, tu propio padre, o madre, o una sana y madura amistad. Tienes que abrirte, no puedes dejar que ese torbellino interior siga adentro de ti porque te va a destruir.

¿Te sientes triste? ¿Te sientes sola, maltratado, sucia? ¿Sientes que no puedes salir de tu trauma, que no puedes hablarlo con nadie? Háblalo, hay y habrá quien pueda escucharte, y si no, entendamos la perspectiva de las Escrituras ante el abuso sexual, ante la promiscuidad sexual.

Lo primero que debes entender es que Dios creó el sexo para que fuera un acto de amor mutuo entre esposo y esposa, tal como dicen las Escrituras:

Y creó Dios al hombre a su imagen… Dios los creó, varón y hembra los creó”.

El sexo fuera del matrimonio es un rompimiento de las leyes de Dios y de sus designios. Cuánto más lo es la explotación y el hacer víctimas de niños pequeños para la satisfacción de un adulto; delante de los ojos de Dios es repugnante.

El abuso sexual distorsiona el concepto que el niño tiene del sexo y su propósito sano cuando se usa dentro de los designios o diseño de Dios.

El abuso sexual interrumpe el delicado proceso de la madurez emocional, social y sexual del niño. El abuso sexual crea confusión en la mente del joven, en el progreso de aceptar un amor humano sano y conocer el amor mismo de Dios.

Cuando observamos más detenidamente las Escrituras, notamos que Jesús recordó a sus seguidores que la auténtica adoración no es dentro de un edificio de ladrillos y piedras: el cuerpo mismo es un templo , donde podemos adorar a Dios en espíritu y en verdad.

La humanidad fue hecha a la imagen de Dios y el cuerpo es el templo de Dios para aquellos que lo tienen en su propio corazón. La violencia desfigura la imagen de Dios y la sensualidad profana el templo de Dios, el cual es sagrado.

El niño maltratado puede encontrar sanidad. Hay esperanza para ti si fuiste maltratada, si fuiste abusado, hay esperanza.
"¡Quiero ser libre!"
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