Abuso sexual en los niños, Parte II:
"Cómo ser sanado de este torbellino interior"
 

Abuso sexual en niños y adolescentes.
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Las investigaciones confirman que el número de adolescentes que están siendo traumatizados por esta experiencia se incrementa cuando algún miembro de su familia, un hermano, una hermana sufre abuso sexual.

¿Qué quiere decir esto? Que aunque el hermano de la víctima no haya sufrido directamente el abuso sexual, indirectamente está sufriendo al ver los estragos ocasionados por este evento en su propia familia ya que puede ser cometido por cualquiera de los dos padres y puede ser dirigido a uno o más niños y a menudo, en un patrón repetitivo.

Es triste decirlo, pero el abuso sexual no se limita sólo al padre, sino que envuelve a la madre en algunas ocasiones aunque en menor escala, pero el patrón en ambos casos suele ser repetitivo.

El abuso sexual se acompaña algunas veces por lenguaje violento o humillante, lo cual tiene como propósito castigar a la víctima.

Los daños físicos que resultan del abuso sexual son más frecuentes en niños pequeños, de los 0 a los 3 años de edad. Qué triste, porque esto implica que este atroz crimen se comete en edades de pureza, de inocencia, de ternura: cuando son bebés.

Las lesiones físicas son alarmantes, a veces hay desgarres en las mucosas de la vagina o del ano, hay sangrados, hay cicatrices, hay una serie de daños físicos.

En los adolescentes también se ven esos daños aunque con menor frecuencia: de los 12 a los 16 años de edad. Cuanto más joven sea y el abuso se haya realizado en edades tempranas por medio de forzar al niño y mantenerlo en secreto por largo tiempo, será mayor el trauma y de más largo plazo, es decir, durará más el trauma y el estrés postraumático.

El número de víctimas de abuso físico (verbal, golpes, etc.), tanto en hombres como en mujeres, pareciera ser igual, sin embargo el abuso sexual es más frecuente en las mujeres.

Si el abuso es reciente las señales del abuso pueden ser muy obvias: heridas, cicatrices, quemaduras o letárgicas. Sin embargo la mayoría de las veces el daño no es visible. La mayoría de las veces el daño suele cicatrizar en esas zonas de irrigación sanguínea, suele esconderse y pareciera que no hubo nada, me refiero al daño físico.

Violencia física y emocional
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