Por: Profr. Roberto Durán

¿Tiene usted esperanza de un cambio? ¿O simple y sencillamente usted se acopló a la circunstancia, está viviendo un divorcio? ¿Cree usted que las cosas ya no tienen sabor en su matrimonio?

¿Ahora usted comienza a comparar a su esposa quizás con otras mujeres jóvenes o comienza usted a comparar a su esposo con personas más responsables, y comienza usted a decir “si mi esposo hubiera sido así”?

Si usted está viviendo en esa penumbra, le aseguro algo, usted no va a luchar por su matrimonio, ya no va a luchar por sacar adelante a su familia, como muchas parejas también dirá: “voy sobrellevando las cosas”.

Recuerde que eso de “sobrellevar” es: las cosas van muriendo lentamente. Matrimonio y familia son circunstancias en las cuales estamos muy felices y dichosos, es donde tenemos la mayor de todas las cosas: el afecto familiar.

En la familia y en el matrimonio encontramos el amor práctico, el amor verdadero, donde tenemos también una forma de sacar todas nuestras frustraciones porque hay alguien que nos quiere y que nos entiende, que se preocupa por nosotros, que nos cuida, que nos interesamos mutuamente.

La verdad es que si usted ha pensado que no hay esperanza, yo le aseguro algo: muchas parejas han salido de esta etapa. No en sobrellevar las cosas sino en algo más allá, en una etapa de florecimiento, de romanticismo también, de satisfacción, de felicidad.

Si usted tiene una esperanza, seguro es, va a luchar por todo esto. Si usted comienza a puntualizar cada una de las características de esta etapa, usted va a luchar contra cada una de ellas y saldrá venciendo.