Por: Profr. Roberto Durán
Comenzaré este tema con una historia verídica que ocurrió hace algunos años.
“Un hombre dio una conferencia a padres de familia, donde comenzó a hablar de la violencia intrafamiliar, de los golpes y los maltratos hacia la familia y los hijos. Pero hizo una pregunta muy aguda y muy directa: ¿quién de ustedes ha abusado de sus hijos? Hubo un silencio, luego todos levantaron su mano y dijeron que no habían abusado de su familia.
Inmediatamente este hombre hizo otra pregunta:
¿Cuántos de ustedes, en alguna ocasión han dicho una palabra ofensiva a sus hijos? Desde: “eres un tonto”, “no vas a seguir adelante en la vida”, “no eres como tu hermano, excelente en la escuela”, “eres un vago”, “no sirves para nada”, “eres un bueno para nada”. Poco a poco las cabezas fueron inclinándose y reconocieron que en algún momento específico habían herido a sus hijos con diferentes formas, con palabras que hirieron el corazón de sus hijos”.
Muchas personas piensan que la violencia son solamente golpes; desafortunadamente en nuestros países latinos se cree que la violencia tiene que ver con golpes o con gritos, pero no se está haciendo un énfasis en hablar del valor de los niños.
Cuando nosotros hablamos de una forma despectiva e hiriente hacia los niños estamos causando un grande y terrible mal en la formación de su carácter. Es importante la autoestima, el valor, en los niños, pero, ¿de dónde surgió este concepto de autoestima? |