La formación del carácter de los niños: La obediencia y la autoestima
 

Segunda virtud: La perseverancia
 


Por: Profr. Roberto Durán

Enseñar a nuestros hijos a tener metas en la vida es también una parte fundamental en la formación de su carácter; y no sólo tener metas, también perseverar en ellas.

El presidente Calvin decía:

  “No hay nada en el mundo que pueda tomar el lugar de la persistencia. No lo puede hacer el talento. Nada es más común que hombres con talentos fracasados. Tampoco la calidad del genio de la persona. Un genio sin recompensa es casi proverbial. Ni la educación. El mundo está lleno de educados relegados. Solo la persistencia y la determinación son omnipotentes”.

Hay mucha verdad en lo que dijo este presidente. Persistencia, determinación. No es necedad sino luchar, lograr objetivos en la vida.

Cierto o no, siempre estamos siendo motivados por objetivos. Cuando su niño entra al Kínder, su motivo es terminar el kínder, agradar a sus padres, aprender de ahí. Cuando llega a la primaria y a todos los niveles educativos siempre van siendo objetivos y metas logradas.

Cuán importante es que nuestros hijos desde pequeños comiencen a formularse metas, a corto, a mediano y a largo plazo.

En una ocasión mis hijos me preguntaron qué era una meta. Y yo les dije que era algo que una persona se propone hacer y la cumple. Les dije: “todos los seres humanos tenemos metas en la vida” y les puse un ejemplo muy sencillo: aquel que se propone leer un libro y lo termina. Esa es una meta.

He visto personas con una actitud de insatisfacción en sus vidas porque no terminaron la escuela o la carrera y tienen que dedicarse a algo que no les agrada. Personas que empiezan un negocio pero luego creen que ese no es el negocio y cambian, y son como abejitas que van picando una flor para ir a otra y luego a otra. No hay una culminación de lo que han empezado en la vida. Esto es falta de carácter.

E insisto, esto es algo que se tiene que instruir y enseñar a nuestros hijos, desde las cosas más básicas.

Si está usted enseñando a su niña a barrer, a su capacidad y a su edad, usted tiene que estar con ella y ayudarle hasta terminar. Si está enseñando a su hijo a hacer la tarea, usted tiene que empezar y terminar con él. Márqueles en su pensamiento que todo lo que empiezan lo tienen que acabar.

Qué gratificante es pensar: “he terminado lo que empecé”. Se siente una satisfacción de saber que le ha costado, pero lo terminó. Cuánto más gratificante será saber que usted trabajó para formar el carácter de su hijo y ahora los ve triunfadores en la vida.

Benjamín Franklin decía:

“El que no se prepara se está preparando para fracasar”.

Miguel de Cervantes Saavedra:

“El hombre que se prepara tiene media batalla ganada”.

Toda una vida formando el carácter
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