Fatiga. Es normal que la mujer se sienta fatigada después del parto, pero cuando la fatiga se convierte en algo importante, que se alarga el tiempo, puede ser un síntoma que nos está evidenciando y avisando que esa mujer está en un estado depresivo.

Excitación o apatía . Puede ser que se encuentre demasiado alegre, entusiasta, o al contrario, puede estar demasiado apática, indiferente a las circunstancias y situaciones que se están viviendo.

Sentimiento de culpa. La culpabilidad que siente está presente a veces de forma racional y a veces de forma irracional. Traer un sentimiento de culpa es también un síntoma de depresión post-parto.

Sentimiento de desvalorización. La mujer siente que no vale, que no sirve, que no tiene mucha razón de ser su existencia, su valía como ser humano, como mujer, le hace tener una autoestima baja.

Dolor de cabeza. Este dolor es persistente y se presenta aun cuando antes la mujer no haya tenido un historial de migrañas o dolores de cabeza, sino que después de algunos días del parto, después de sentirse triste, manifiesta frecuentes dolores de cabeza y a pesar de haber tomado algún medicamento preescrito por el médico, se vuelve a presentar el dolor, puede ser evidencia de ese estado depresivo.

Ataques de pánico. Este es otro de los síntomas importantes. Cuando la mujer empieza a tener ciertos miedos irracionales, pero no solamente un miedo en el sentido que diga “me da miedo la oscuridad aquí en el cuarto” sino que a ese miedo se le agrega un verdadero pánico, es un miedo irracional bastante agudo y fuerte, a eso es a lo que se le puede llamar ataque de pánico.

Cuando no se tiene tampoco un historial de antecedentes de ataques de pánico y después del parto empieza con síntomas de este tipo que se le agregan a un estado de depresión o de falta de interés y placer, entonces es muy seguro que esa mujer traiga un problema de depresión severo.

Si usted está pasando por todo esto, o conoce a alguna mujer que esté pasando por esto, por favor, es muy importante que sepa que requiere ayuda médica, profesional adecuada, y no dejarlas que con sus propias fuerzas traten de salir de todo esto.

Hay ocasiones en que la gente naturalmente puede salir de todo esto pero en otras ocasiones no se puede salir de forma individual y las personas sufren por meses o quizás años lo que un tratamiento médico le podría resolver en un par de semanas o en unos meses.

No hay necesidad de estar sufriendo esas cosas, de estarse haciendo el fuerte, el valiente cuando la verdad es que se puede establecer una buena ayuda médica y quitar rápidamente esos síntomas, y cambiar ese panorama negro y triste por uno mucho más alegre, amable, con mayor optimismo por la vida.