1° de Corintios 15:33 nos dice: "No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres."

Si queremos que nuestros hijos tengan buenas costumbres, sean respetuosos hacia sus padres, maestros, hacia los demás, respeten sus cuerpos, respeten a sus amigos, es necesario que vean el respeto en las buenas conversaciones de sus padres, vean sus buenas conductas, ejemplos dignos de imitar.

Porque papá y mamá tienen una relación de amor, respeto y compromiso en el matrimonio, los hijos aprenderán a respetar a sus padres, aprenderán a amarlos, obedecerán a sus padres en todo "porque esto agrada al Señor". Esto lo encontramos en Colosenses 3:18-21. O sea, hay una armonía en el hogar.

Esto quiere decir que la mujer respeta a su marido, y éste ama a su esposa, los hijos obedecen a los padres y los padres no exasperan a sus hijos para que no se desalienten, al contrario, los alientan fomentando vínculos de amor.

En resumen, si nosotros fomentamos una atmósfera saludable en el hogar, tendremos hijos hechos en casa, saludables, estaremos esculpiendo con nuestras manos una vida victoriosa, próspera, una vida feliz para nuestros hijos.

Pero también estaremos destruyendo con nuestras propias manos esa escultura con cada cincelazo de odio, de amargura, de mal ejemplo que demos a nuestros propios hijos, con cada descuido hacia ellos.

Meditemos en esto que es importantísimo y pensemos sobre todas las cosas en Dios, quien puede proveer esa atmósfera por medio de Cristo. Que Dios les bendiga.

Dr. Sergio H. Canavati Ayub