Introducción

En las anteriores ediciones hemos venido comentando que las más recientes investigaciones de los distintos departamentos que tienen qué ver con el desarrollo del cerebro en los Estados Unidos y otras partes el mundo, han hecho declaraciones sorprendentes sobre nuestros adolescentes.

Aun cuando el cuerpo del joven alcanza una madurez, no es lo mismo con su cerebro. Éste es moldeado por la experiencia y por el conocimiento básicamente y cuando el niño crece en un ambiente lleno de afecto y de cariño, lleno de comprensión y demás, podrá desarrollarse normalmente y tener éxito en la vida, triunfará.

Sin embargo, lo opuesto también es verdad. Cuando el niño crece en un ambiente en el cual no existe lo anterior sino todo lo contrario, el cerebro no tendrá un desarrollo normal.

El día de hoy analizaremos por qué el ambiente relacional va a ayudar o a estropear el desarrollo mental y los patrones de conducta.

El ambiente que ellos encuentran en casa, la educación que ellos reciben, la experiencia que viven y el conocimiento que adquieren en el medio relacional de sus vidas, será la clave para el desarrollo mental y patrones de conducta.

Cuando descuidamos a un niño, descuidamos el desarrollo de su salud mental. Muchas de las enfermedades de la etapa adulta o trastornos mentales como lo hemos visto, son el resultado de descuidos en la niñez, enfermedades que pudieron tratarse a tiempo por padres responsables.

Es increíble, pero cuando el joven está moldeado en la experiencia, en el conocimiento adecuado, puede llegar a la etapa adulta y triunfar, y cuando no, va directo a la derrota.

Por eso es importante que los padres de familia no abandonen a los jóvenes, no les tengan miedo a esas edades de la preadolescencia, adolescencia y juventud.

Es ahí donde encontraremos altos y bajos emocionales en nuestros hijos, conflictos, presiones en sus vidas, cambios en la pubertad, presión sexual, etc.

Debemos entonces ser cuidadosos pues muchas veces los padres no logran acoplarse a estas situaciones y tienden a abandonar a los jóvenes en esa etapa y decir: No lo entiendo, no es mi hijo, no me obedece, no se parece a mi , etc. Pero esto puede llevar al joven a la derrota. Habrá nacido para perder.

Programa:
Nacidos para perder III: Consejos prácticos a padres que ayudan a sus hijos
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¿Qué debo hacer para que mi hijo
sea una persona responsable ?
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