Los valores morales II

 

La veracidad
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

A continuación vamos a detallar algunos valores que son importantísimos en la crianza de los hijos. Hay quienes aseguran que si se les inculcan buenos valores morales desde niños, al llegar a la edad adulta, sabrán tomar decisiones a lo largo de su vida y conducirse de una manera correcta y digna.

Los valores morales que enunciaremos son valores universales que se encuentran en nuestra propia conciencia.

Iniciaremos con la veracidad. Ser veraces significa hablar con la verdad. Es declarar y confesar los hechos tal y como ocurrieron. Lo contrario a la veracidad es  la falsedad, hablar con engaño o mentira.

¿Qué beneficios podríamos encontrar en ser veraces?

  • Se ganará la confianza de las personas. La gente la va a encontrar como una persona en quien se puede confiar, quien siempre habla la verdad.
  • Es una persona que reconoce sus errores, pues es transparente.
  • Se tiene una conciencia limpia. Una de las cosas que más paz trae a una persona en la vida es tener una conciencia limpia, saber que no le debes nada a nadie, sino que eres una persona que como siempre has hablado bien no tienes ninguna culpabilidad.

Cuando una persona miente, es muy probable que vuelva a mentir para cubrir su mentira inicial. Tal vez esté mintiendo para no recibir las consecuencias de algo, pero a la larga todo sale a la luz, y la persona es exhibida no solamente por su mala actitud, sino por mentirosa.

Eso hace que las personas le pierdan la confianza. Ya no le encargan nada, no se acercan a contarle cosas pues saben que es una persona que los puede engañar.

¿Cómo se puede implantar en los hijos la veracidad?

Lo primero es el ejemplo. Los hijos van a aprender de los padres. Si usted es una persona que no habla la verdad, sus hijos van a aprender eso. Si es usted de las personas que cuando toca a la puerta el cobrador, usted le dice a su hijo “dile que no estoy”, entonces usted está enseñándole a mentir.

El día de mañana posiblemente usted necesite la ayuda de su hijo, y él se va a esconder, mandándole decir también “no estoy”. El muchacho aprendió el mensaje cuando usted mentía.

Papá y mamá serán siempre el principal ejemplo. Enseñe así la veracidad a sus hijos:

  • Que no teman decir la verdad.
  • Enséñeles que mientras más hablen con verdad, más se podrá confiar en ellos.
  • Que no exageren los hechos para impresionar a otros.
  • Que hablen las cosas con sobriedad.
  • Motive a su familia a decir siempre la verdad; a no engañar. Que reconozcan sus errores y no exageren, para parecer que las cosas son diferentes de lo que son.

Recordemos aquella frase tan conocida, que encierra una gran verdad:

“La verdad os hará libres”.
La sinceridad
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