¿Qué hay después del aborto?

 

Efectos trágicos en la familia
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Hasta aquí hemos entendido que el aborto no es una salida, hay otras alternativas. No estamos en contra de una planificación familiar, sino del asesinato de niños.

Hay muchas maneras de planificar la familia y, en el peor de los casos, hay instituciones se dedican a buscar un hogar adoptivo para niños “no deseados”.

Una persona cuenta que, a los cuarenta años, la profesora de un colegio aconsejó a su hija que abortara, si aún no se sentía preparada para tener bebés.

Ese simple consejo hizo que la muchacha lo llevara a cabo. Tiempo después, la profesora comentó al respecto:

“Aconsejar a mi hija que abortara me llevó a un largo asedio suicida, me sentí muy mal. Todavía no me he recuperado. Asesiné a un niño”.

Es un claro ejemplo de cómo la conciencia no nos deja tranquilos cuando hacemos las cosas mal.

La maestra se sintió tan mal de haber dado ese pésimo consejo, que estaba muy angustiada. Imaginemos la siguiente conversación entre la madre y los hermanitos del niño abortado:

-  Mamá, ¿por qué a mí no me abortaste?
- Querida, ¿cómo puedes decir tal cosa? Te quiero, eres mi pequeña.
-  ¿Y… si no me hubieras querido?
-  Pero lo hice, sí te quise.
-  ¿Y si dejaras de quererme?

Los niños entienden bien lo que es abortar un hermanito y, dentro de sus pequeñas mentes, viene una falta de seguridad. ¿Cuál es la diferencia entre un hermano y otro? Finalmente, abortar a un hijo es no quererlo.

¿Qué respuesta podríamos dar a esto? La confianza de los niños en sus padres puede verse menguada, pues ellos entienden y pueden darse cuenta cuando algo no anda bien. El aborto afecta, prácticamente, a toda la familia.

Puede ser más traumático para los operadores del aborto
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