Cómo criar a nuestros hijos adolescentes VI:
"Aprendiendo a ser padres positivos"

 

Consecuencias negativas y consecuencias positivas
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Hay tres consecuencias positivas que los padres pueden usar con sus adolescentes: premios, incentivos o consecuencias naturales. Si ves un comportamiento positivo, prémialo. Fomenta ese comportamiento y prémialo con algo que sea importante para él o que lo disfrute.

            Además de premios o incentivos, lo que los padres pueden utilizar es el castigo o consecuencias negativas. Si ves un comportamiento que no te gusta, castígalo. Esto es, llámale la atención de manera directa y restríngele algo que le guste.

            También se puede ignorar el comportamiento, cuando no hay consecuencias. Si tú ves un comportamiento que no te gusta, ignóralo.

            Puede ser que la razón por la cual exista el comportamiento sea que tú le pones demasiada atención a esa manera de comportarse. En otras palabras, ignora el comportamiento, ni lo animes ni lo castigues.

            Recompensar al muchacho, castigarlo o ignorarlo son las tres mayores consecuencias que pueden ser usadas al disciplinar a los adolescentes.

            Ahora bien, ¿cómo podemos ser padres positivos? Recuerda que los adolescentes les gusta hacer lo que ellos quieren. Dejan de ser niños, quieren comportarse como adultos, no quieren la autoridad, quieren sentirse grandes, quieren un auto, quieren llegar a la hora que ellos quieran. Y cuando se les ponen restricciones te dicen: “Ya no soy un niño”.

            ¿Cómo convertirnos en padres positivos? ¿Qué queremos dar a entender con esto?

            Hay tres consecuencias que pueden ser utilizadas al tratar con la conducta de los adolescentes. Pero los padres, comúnmente  utilizamos una: el castigo.

            El castigo significa estar marcando sólo el mal comportamiento, lo que podríamos llamar atención negativa. O sea, darle mucho énfasis a una conducta que está mal.

            La atención negativa puede envolver desde un grito hasta una confrontación física con el muchacho. Los adultos tienden a enfatizar mucho las malas conductas, los errores, las fallas o faltas del adolescente.

            Esto pasa, probablemente, porque este tipo de disciplina fue aplicada a nuestras propias vidas, o es la disciplina con la que la sociedad opera el día de hoy.

            En otras palabras, al que hace lo malo se le castiga. Sin embargo, la mayoría de los profesionales de la conducta humana reconocen que hay mayor respuesta en las familias donde los padres dejan la actitud negativa y empiezan a enfatizar el trato positivo.
           
            De esta manera el padre dejará de enfatizar las malas conductas y pondrá atención en las buenas conductas. Este aspecto positivo se logra mediante las consecuencias positivas, como son recompensas e incentivos.

            El determinar qué utilizar para ayudar a tu adolescente puede ser fácil en el caso de algunos adolescentes y difícil en el caso de otros. Pero el recompensar tiene que ser individual.

            No podemos usar un mismo método para todos. Lo que es importante para tu hijo puede no ser tan importante para otro adolescente. O por ejemplo, el uso del teléfono puede ser más importante para tu hija que para tu hijo.

Enséñales a ganarse las recompensas
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