Por: Dr. Salvador P. Cárdenas
También existe Dios, quien está por encima de toda circunstancia y de todo asunto, quien es la fuente de amor. Hay un salmo en las Escrituras que quiero que veamos hoy.
“Jehová es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.”
Salmo 23
Es un salmo en el cual muchas personas han encontrado paz; cuando reflexionan en estas palabras, han encontrado amor, fe y esperanza. El lenguaje que está utilizando aquí las Sagradas Escrituras es un lenguaje muy profundo.
Cuando haya problemas en este mundo, dificultades o injusticias, Dios te va a cuidar. Las Sagradas Escrituras hablan de un Dios compasivo, cercano a nuestras necesidades; un Dios que quiere ser nuestro pastor, que nos promete paz, justicia y misericordia; que promete estar con nosotros cuando haya momentos de temor, angustia y ansiedad.
Aquella persona que cree en Dios y confía en Él también experimenta temores y angustias, pero hay una gran diferencia entre enfrentar esos problemas y esas angustias sin Dios, a enfrentarlas con Él.
Dios nunca nos ha prometido que no habrá problemas ni dificultades; lo que si ha prometido es ayudarnos a enfrentar esos problemas, esas dificultades, por muy graves que sean.
¿Quién no tiene problemas o dificultades en la vida? El mundo en el que nos ha tocado vivir nos da alegrías, pero también nos da problemas; nos ofrece momentos agradables, pero que también momentos de tristeza. Todos somos seres humanos y todos tenemos necesidad de Dios.
Dios confortará tu alma, es decir, cuando venga la ansiedad, la angustia o el temor, hay un refugio en el que la persona puede descansar; hay una Roca que no se mueve, un fundamento que da solidez a la vida.
¡No te equivoques! Ese fundamento es Dios, acércate a Él y a las Escrituras que te hablan de Dios. Él quiere darte fortaleza, paciencia y amor. ¡Cuánta necesidad tenemos de Dios!
Si tú sufres de estrés postraumático, además de acercarte con los médicos adecuados para recibir la terapia psicológica necesaria, acércate a Dios, no olvides que también tienes necesidad de Él. |