¿Qué es ser un verdadero hombre?

 

El concepto de masculinidad
 

La masculinidad es todo lo que se asocia con la conducta típica de los hombres en una determinada sociedad o cultura. Se define como “una identidad que se desarrolla a partir de tener dominio de otras personas con menos poder”. Se cree además que la socialización tradicional de los varones en el seno de la familia juega un papel central en la reproducción del poder masculino; por ejemplo, la necesidad que siente el niño de separarse de la madre para sentirse hombre.

         Un alto porcentaje de niños y niñas continúan aprendiendo desde muy temprana edad que el mundo de la mujer es la casa y la casa del hombre es el mundo. De acuerdo con este guión socialmente determinado, los varones juegan a ver quién es el más fuerte y atrevido en su mundo -que es su casa- quién es el más hábil y valiente, el más capaz de desafiar las leyes establecidas y salirse con la suya. Es decir, aprenden a jugar a ser hombres, pensando que eso los va a hacer más masculinos y más machos. Así es como la sociedad lo percibe.

         Llegada cierta edad a los varones se les impide expresar ternura, cariño, tristeza, dolor o cualquier tipo de expresión de humanidad. Pero si se les permite la ira, la agresividad, el atrevimiento y el placer, como muestras de la masculinidad real. Es así como se forma el macho, carente de sensibilidad y amor y con un comportamiento agresivo.

         En algún momento de la historia, a los hombres se les asignaron patrones de conducta pero sin tomar en cuenta la ternura, la expresión de sentimientos y la capacidad de criar hijos. Además, se les llevó a considerar débil si tenían alguna de estas características, ya que se consideran peligrosas para su “formación”.

         Veamos otra definición de Godelier, antropólogo francés:

“Para ser masculino, un hombre debe estar dispuesto a luchar e infligir dolor, pero también a sufrir y soportar dolor; él busca aventuras y pruebas de su coraje y lleva las cicatrices de sus aventuras orgullosamente. Una mujer enfrenta el peligro en el parto, un riesgo del cual no puede escapar; un hombre tiene que aceptar el peligro, libre y voluntariamente, sino no es un hombre. Los trabajos peligros que él asume son para que las mujeres puedan criar a sus hijos en un ambiente seguro, el dominio social masculino debe ser visto como fruto del sacrificio del hombre. Un hombre busca el poder, la riqueza y el éxito no para sí mismo sino para otros; él recibe honores por su disposición a servir o morir si es necesario, la hombría es un honor pero a menudo es un honor mortal”.

         La masculinidad es la principal característica de los varones que tiene qué ver con aceptar sus responsabilidades ante sí mismos y ante la sociedad.

         ¿Qué esperan las mujeres de los hombres? No hay mejor manera de saber cómo debe ser un hombre que preguntándoselo a una mujer. Las mujeres de hoy reclaman de los hombres más atención, comprensión, ternura y delicadeza. Veamos qué opina una mujer:

Varón: Señora, ¿qué espera usted de un hombre?
Mujer: Que sea responsable, fuerte, que sepa lo que hace.
Varón: Las mujeres de hoy dicen que necesitan un hombre tierno y delicado que llore con ellas, que se muestre sensible y frágil. Usted, ¿qué opina?
Mujer: Yo opino que debe ser lo contrario. No debe llorar frente a la mujer porque se ve débil.
Varón: Hay quienes dicen que el hombre debe llorar y expresar sus sentimientos igual que una mujer porque es bueno para su salud. Usted, ¿está de acuerdo?
Mujer: No, los hombres y las mujeres mostramos la pena de forma diferente.
Varón: ¿Acaso no somos iguales?
Mujer: No, somos distintos en muchas formas.
Varón: ¿En qué somos distintos?
Mujer: Los hombres son fuertes y protectores y las mujeres son suaves y maternales.

         Esta es sólo una opinión de una mujer, pero una forma de ser hombre que ha dado sentido a los varones durante siglos es aceptar ejercer la influencia paterna. El ser padre implica tener la autoridad del hogar y ejercer los derechos de padre de familia, ser proveedor.

         Los atributos de la mujer, desde un punto de vista social, han estado centrados en el ejercicio de la maternidad protegida y proveída por el hombre. La mujer acepta y ejerce la dedicación al hogar y a los hijos en el espacio de su casa; es en la familia donde el niño aprende rápidamente acerca de su género y con ello se percata de que se convertirá en hombre y la forma en que los niños construyen sus ideas sobre la masculinidad se ve complicada por un factor clave en la sociedad actual: la falta de padres.

         Aunque el papel activo del padre es de gran importancia para la formación del niño, muchos hogares carecen de la presencia paterna y cuando si la tienen es común que sea deficiente por diversas razones. Normalmente se ve al hombre como el sexo fuerte y dominante, mientras que a las mujeres se les considera como el sexo débil. Esta concepción ha traído como consecuencia la lucha de la liberación de la mujer.

La problemática masculina
Condiciones Legales de Uso | Derechos reservados 2012 ©