¿Hay un hombre en casa? Parte I

 

Diferencias entre el papel del padre y de la madre
 

Los siguientes ejemplos son algunas de las maneras más convincentes de cómo la participación de un padre y una madre marca una diferencia positiva en la vida de un niño.

         El doctor Pruett explica que los padres tienen un estilo distinto de comunicación e interacción con los niños. Por ejemplo, a las 8 semanas de nacidos, los bebés pueden notar la diferencia de cuándo un hombre o una mujer está interactuando con ellos.

         Eleanor Maccoby, una psicóloga de la Universidad de Stanford, explica en su libro titulado “Los dos sexos”, que las madres y los padres reaccionan de manera diferente para con los bebés. Esto hace que los niños, aunque no se den cuenta, estén aprendiendo a temprana edad y por pura experiencia, que los hombres y las mujeres son diferentes y que tienen diferentes maneras de enfrentar la vida.

         Los padres tienden a jugar con sus hijos y las madres tienden a cuidar de ellos. Mientras que tanto las madres como los padres se relacionan físicamente con los hijos, los padres lo hacen de una forma diferente.
 
         Los padres cosquillean más, forcejean y juegan a aventar a sus hijos para luego agarrarlos; algunas veces los padres persiguen a sus hijos jugando a que son ‘monstruos’ espantosos. Los padres son más escandalosos al jugar, mientras que las madres son más tranquilas. Las madres acurrucan a los bebés y los padres los hacen saltar. Los padres juegan brusco con ellos mientras que las madres son más dulces.

         Un estudio descubrió que el 70% de los juegos entre el padre y el niño estaban más orientados a lo físico y a la acción, mientras que sólo el 4% del jugueteo entre la madre y el niño era de esta manera. Los padres fomentan la competencia y las madres fomentan la equidad. Un estilo fomenta la independencia mientras que el otro fomenta la seguridad.

         Los niños necesitan tanto la ternura de la madre como la rudeza del padre; los dos proveen seguridad y confianza, cada uno a su manera, al comunicar amor e intimidad física a sus hijos.

         Un estudio muy importante demostró que las madres y los padres les hablan a sus hijos de manera diferente; la manera en que la madre le habla al niño facilita la comunicación inmediata, mientras que la manera en que el padre le habla al niño, hace que el niño expanda su vocabulario y sus habilidades lingüísticas, lo cual es una parte importante para el éxito académico.

         La forma en que el padre habla con el niño tiende a ser más breve, directiva y pertinente. Las madres tienden a ser más descriptivas, más personales y tienen mayor tendencia a animar a sus hijos a hablar.

         Los padres ayudan a sus hijos a darse cuenta de que algunas actitudes y comportamientos en particular tienen ciertas consecuencias. Por ejemplo, los padres tienden más a decirles a sus hijos que los otros niños no van a querer jugar con ellos si ellos no son amables o que si no sacan buenas calificaciones no podrán ir a una buena universidad o no podrán conseguir un buen trabajo.

         Los padres ayudan a sus hijos a prepararse para la realidad y rigor del mundo, y las madres los ayudan a protegerse en contra de esta realidad y este rigor. Estos dos estilos de crianza son necesarios para los niños a medida que crecen para convertirse en adultos. Los padres proveen un mirada al mundo de los hombres; las madres, al mundo de las mujeres.

         La antropóloga Suzanne Frayser explica que las diferencias entre hombre y mujer siempre es marcada en todas las sociedades humanas: “Cada proceso complementa al otro. El niño puede observar a su padre y puede ver qué debe hacer para ser un hombre; el niño puede observar a su madre y puede ver lo que no debe hacer para ser un hombre”.

Cuando hay un padre en casa
Condiciones Legales de Uso | Derechos reservados 2012 ©