Moldeando el carácter de los adolescentes Parte II

 

Cómo castigar a tu hijo
 

El castigo es una manera de actuar de los padres que puede ser utilizada para cambiar el comportamiento de los adolescentes; sin embargo, hay ciertas cosas que deben tenerse en mente para que cuando se utilice el castigo pueda ser efectivo y se puedan minimizar los problemas que lleguen a ocurrir en ese momento. Usa el castigo junto con otras maneras de tratar a tu adolescente, esto es muy importante.

         Tres maneras principales para disciplinar a tu adolescente pueden ser utilizadas: el castigo, el recompensarlos por ciertos logros y el ignorar ciertos comportamientos. El castigo es más efectivo cuando es usado junto con otros de los métodos de disciplina, cuando es utilizado como el principal método de control es menos efectivo que cuando en ciertas ocasiones castigas al muchacho y en otras le das largas a alguna recompensa por algún logro o algún buen comportamiento.

         El quitarle privilegios al muchacho o restringirle actividades que le gustan, será más efectivo o si se le dan recompensas por ciertos logros o privilegios por ciertos comportamientos. Conforme se use más en el trato con el muchacho el darle privilegios y recompensas y el animarlo por las cosas que haga bien será más efectivo cuando se le aplique el castigo.

         Para esto es importante que aprendas a definir las expectativas (“si haces esto, entonces tendrás esto”) y no sólo las expectativas, sino también las reglas. Acerca de esto ya hablamos anteriormente, básicamente se refiere a que los padres deben evitar expresiones ambiguas, como “quiero que seas bueno, que te portes bien o que mejores en la escuela”, y establezcan exactamente lo que quieren decir con bueno, portarse bien o mejorar en la escuela.

         También debes evitar el aplicarles el castigo sólo de vez en cuando, y el decidir qué castigo le van a dar hasta después que la regla ha sido quebrada o desobedecida; antes que el muchacho desobedezca la regla se le deben decir las consecuencias que van a venir. Por ejemplo, antes de que el muchacho llegue a las 2 de la mañana se le debe decir: “si llegas después de las 12 de la noche, entonces perderás estos privilegios”.

         También dile en qué consiste el castigo y cuándo termina, él debe saber cuánto tiempo va a durar el castigo y qué es lo que puede hacer para salir de él. Por ejemplo, le podrás prohibir el uso del teléfono por una semana, esto claramente define cuánto es el tiempo o le podrás decir: “no puedes hablar por teléfono durante dos días, pero después de esto cada tarde que llegues a casa y hagas tu tarea sin argumentar, podrás usar el teléfono después de la cena”. Esto le permite conocer lo que puede hacer para que el castigo le sea quitado.

         Debes definirle claramente el comportamiento por el cual será castigado, menciónale al mismo tiempo cuál es la regla, cuál es la consecuencia si la quiebra o la desobedece, por cuánto tiempo será castigado y cómo se deberá comportar para que el castigo le sea quitado. Trata de establecer la regla y la consecuencia la primera vez que veas el comportamiento, en otras palabras, evita el castigar un comportamiento la primera vez que éste aparece y usa ese comportamiento para establecer una regla; no lo puedes hacer siempre de esta manera, pero este principio por lo regular puede ser empleado.

         Por ejemplo, un adolescente ha sido constantemente puntual y de repente llega a casa una hora más tarde de lo establecido; en lugar de castigar el comportamiento la primera vez que ocurre, puedes usar esto para establecer una regla y una consecuencia diciéndole al muchacho que ese es un comportamiento inaceptable y que la próxima vez que ocurra va a suceder esto y aquello.

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