Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub
En los Estados Unidos casi cinco millones de personas han utilizado metanfetaminas en alguna etapa de sus vidas, esto de acuerdo a una encuesta hecha por el Instituto Nacional del Abuso a las Drogas. Y muchos de estos consumidores de metanfetaminas son adolescentes.
Los muchachos que dicen que les gusta mucho la metanfetamina dicen también odiarla. Sabemos que es una droga mala y repulsiva con efectos secundarios horribles, pero continúan usándola. ¿Por qué? Quizá la primera razón es el toque eufórico y poderoso que duras varias horas.
Dice Steve, de dieciocho años: “Cuando estoy tocado con metanfetaminas me encuentro pensando en mi cerebro haciéndose pedazos y ¿sabes qué? No me importa porque se siente tan bien.”
Los adolescentes también usan metanfetaminas porque son fáciles de conseguir. Más del 57% de jóvenes en su último año de preparatoria dicen que las anfetaminas son usualmente fáciles o muy fáciles de conseguir. El 28.3% dice que la metanfetamina en forma de cristal o ice es usualmente fácil o muy fácil de conseguir.
Adolescentes y estudiantes universitarios a veces comienzan a utilizar la metanfetamina cuando creen que la droga puede mejorar la función física y mental. Estudiar para un examen y tomar metanfetamina o speed fue muy popular en la década de los 60, después bajó de popularidad pero hoy su fama ha surgido nuevamente.
Los atletas experimentan con metanfetamina, creyendo que les ayudará a correr más rápido, brincar más alto o jugar con mayor concentración. Algunas adolescentes mujeres en particular pueden comenzar a usar metanfetamina porque suprime el apetito y les ayuda a perder peso rápidamente.
Dice Samanta, de dieciséis años: “Mi padre siempre me decía lo gorda que era. Yo era una chica grande de casi 100 kilos. Empecé a comprar black beauties y yellow jackets en la tienda de la esquina cerca de la registradora y perdí peso. Me gustó el pequeño toque, entonces cuando alguien me habló acerca de la metanfetamina pensé: ¿porqué no intentar algo un poco más fuerte? Perdí cerca de 50 libras, pero ahora intentaré mantenerme lejos de ella, aunque es difícil, todavía siento los estragos.”
Otros chicos comienzan a usar la metanfetamina porque han escuchado que incrementará sus experiencias sexuales y los hará superestrellas al incrementar su poder sexual. Sin embargo, el sexo y la metanfetamina pueden conventirse en una combinación mortal si el consumidor se envuelve sexualmente con varias personas y frecuenta el sexo sin protección. Embarazos no deseados y enfermedades sexualmente transmitidas, incluyendo el sida, no son eventos raros entre los adictos a las metanfetaminas.
Dice Colin, de diecisiete años de edad: “Lo único bueno de la metanfetamina es que se encarga de todo lo que tienes que hacer, lo malo es ver a tu familia y tu propia vida deteriorarse. Cuando yo era una adicta pesaba 43 kilos, mi cara siempre sudaba, tenía espinillas en toda mi espalda, cuello y cara. Tenía granos e irritaciones tras mi cabeza y en mi boca, mi cara lucía hundida y tenía círculos negros alrededor de mis ojos. Me daba asco. Ahora he estado limpia por 15 meses y nada me puede hacer tocar esa cosa otra vez.” |