LSD y otros alucinógenos

 

La ketamina hidroclorhidrica y la mescalina
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Ketamina hidroclorhidrica

La ketamina fue desarrollada en los principios de la década de los 60’s como un tranquilizante y fue utilizado durante la guerra de Vietnam como un anestésico. El uso de esta droga en los humanos fue descontinuado por sus fuertes efectos alucinatorios y por el riesgo de problemas respiratorios y alta presión sanguínea; sin embargo, los veterinarios continúan utilizándola como un tranquilizante para animales.

         La ketamina como el GHB y el rofinol, es considerada como una droga para citas de violadores, porque no tiene color, olor ni sabor y puede ser agregada a una bebida sin que la otra persona se percate. El toque dura entre 30 minutos y 2 horas y consiste en fuertes alucinaciones visuales y una distorsión de tiempo e identidad.

         Ya que los efectos alucinógenos se desvanecen en menos de una hora, los poderosos efectos sedativo-hipnóticos pueden afectar los sentidos, el juicio mental y la coordinación motora por 24 horas. Los efectos negativos incluyen agitación, confusión mental, delirio, amnesia, impedimentos a las funciones motoras y potencialmente problemas respiratorios fatales. Cuando es consumida en altas dosis o cuando es combinada con el alcohol, marihuana, extasis u otra droga, puede causar problemas respiratorios, presión sanguínea alta, daños cerebrales y muerte.

La mescalina (cactus de peyote)

La estructura química de la mezcalina es más parecida a la anfetamina que al LSD, pero sus efectos son similares a los de ambos. Estos incluyen presión sanguínea y ritmo cardiaco acelerado, náuseas, vómito, distorsión de tiempo y espacio, flashes de color y un sentido de estar separado o distanciado del medio ambiente que les rodea, a veces descrito como “parado fuera de sí mismo” o “viéndome a distancia”.

         El toque dura usualmente de 4 a 6 horas, pero podría durar hasta 24 horas. Los efectos negativos son generalmente psicológicos y, en la mayoría de los casos, son más sutiles que los efectos asociados con el LSD. No es raro experimentar ansiedad, ataques de pánico, miedo, premoniciones y dificultad de distinguir entre la fantasía y la realidad.

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