La violencia en el noviazgo

 

La “prueba de amor”
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

¿Cuántas veces hemos escuchado este tipo de frases? “¡Necesito que me pruebes tu amor!”, “Si en verdad me quieres dame la prueba de amor”.

Definitivamente, lo que se pide es una relación sexual y no hay nada más egoísta que esto; el muchacho está buscando sus intereses y su placer, es una manera de presionar a la persona que a lo mejor sólo está tratando de conocerse a ver si compaginan o no.

¿Qué va a pasar si le das la prueba de amor y después el muchacho no queda contento? “Pues no, no me llenaste, realmente me di cuenta que no te amo” -después que la mujer realmente ya se entregó. Esto no es más que un engaño y es algo que en verdad avergüenza y duele.

¡Imagínese usted que fuera su hija! ¡Imagínate que fueras tú! Tal vez con mucha ilusión te podrás entregar pero resulta que después fuiste despreciada. No existe tal prueba de amor, el que ama no anda buscando lo suyo y no anda pidiendo cosas a cambio.

El que verdaderamente ama se da por los demás, no es una persona egoísta que sólo está pensando en como obtener provecho o ganancia sino que ve que las demás personas estén en paz consigo mismas, las respeta, respeta su dignidad, no les anda pidiendo cosas que van en contra de sus conciencias, principios y valores morales. Al contrario, el que ama es muy respetuoso de los derechos de los demás.

Así que la próxima vez que alguien te pida eso tú con tranquilidad, con mucha razón y con sentido común te puedes dar cuenta que a esa persona realmente no le interesas. Él realmente está buscando lo suyo y muchas veces, una vez que se les da la prueba de amor, detestan a la mujer, la abandonan y la aborrecen. Obtuvieron lo que quisieron y se van a buscar a otra persona que caiga en su engaño.

Esta es una situación cada vez más frecuente y que cada vez se ve más normal. Tal vez hay algunas raíces de tipo cultural, educacional o conceptos erróneos de interpretar esa manera de vivir en donde el hombre machista es el que manda, el que determina las cosas, el que abusa de los derechos de la mujer y no le da su lugar ni la respeta.

Ese rol ha influido mucho en la sociedad para que la mujer sea menospreciada y tenga ese rol sumiso en donde no tiene derecho a hablar, a opinar, a crecer o a desarrollarse; entonces, el hombre se aprovecha y toma ventaja de su posición.

Cuando no se le hace justicia a la mujer, ésta es menospreciada y a veces carga con pensamientos como “bueno, yo estoy llamada a sufrir, estoy llamada a padecer, a nunca poder ser feliz”. La mujer tanto como el hombre tiene derecho a ser feliz, a desarrollarse de manera integral. Pero cuando hay ese tipo de estigma existe un aprovechamiento, un rol en donde el hombre usa la violencia y la mujer cree que tiene que callarse y soportar ese tipo de abusos e insultos.

Manifestaciones de la violencia
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