Por: Lic. José Eduardo Alvarado

Así como en la construcción sólida de un edificio o de una casa deben usarse elementos de buena calidad, también en la edificación de una familia los elementos deben ser idóneos y adecuados para ese propósito.

¿Cómo debe ser edificada una familia? Consideremos primero el fundamento.

Los terrenos resbaladizos requieren cimentación especial. Tal vez la parábola de la construcción de una casa en un terreno no sólido, sea una ilustración adecuada para describir precisamente el tipo de cimiento sobre el que se edifican la mayoría de las familias en nuestros días. Es decir, no existen cimientos adecuados para soportar los embates de un movimiento fuerte en un terreno no sólido.

En nuestros días, las familias deben enfrentarse a este tipo de embates que son de diferentes tipos e intensidades. De igual manera que las construcciones deben soportar los embates de un movimiento telúrico (algo externo), así también la familia debe soportar embates externos.

Si una construcción no tiene buenos materiales y se ha construido negligentemente, de cierto se vendrá abajo en un embate fuerte. Así también la familia, si no tiene buenos materiales de construcción no soportará los embates y se vendrá abajo con los primeros movimientos fuertes que enfrente.

La familia debe tener también buenos materiales de construcción, llámese personas que la integran, para salir delante de problemas internos que también pudieran afectarle. ¿Cuál es el cimiento estable?

Es impresionante que en nuestra cultura llamada occidental, que en apariencia es más culta que las culturas orientales, los divorcios cada vez sean mas frecuentes. ¿No es esto una contradicción?

Es importante entonces hablar de un modelo que tradicionalmente ha funcionado y que nos puede servir para prevenir un colapso en nuestras familias. Nos referimos al modelo oriental.

Para ellos, ninguna familia puede existir sin la idea de un padre, que es el jefe supremo. Para ellos, la familia es un pequeño reino en sí mismo y en ese pequeño reino el padre es el jefe supremo.

Esta costumbre de tiempos antiguos -que no era mala-, ha derivado recientemente, en países de aquella región, en una esclavitud de la esposa, una subordinación total sin considerar su dignidad de ser humano. Es decir, se le trata al nivel de esclava y peor que eso en no pocos casos.

Sin embargo, la idea de un jefe responsable de la administración de la casa –utilizando esta expresión en el más amplio sentido-, siempre ha resultado en gran beneficio. La razón más importante para este beneficio está en el hecho natural de que el padre de familia, cuando toma la responsabilidad y asume toda la carga del hogar, trae como consecuencia una subordinación de los demás integrantes de la familia, por que se sienten protegidos y satisfechos de todas sus necesidades.