El Bullying (Parte III)
Cómo prevenir y enfrentar el acoso escolar

 

¿Cómo actuar si nuestro hijo es un espectador?
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

En este fenómeno hay muchos jóvenes que están presentes a la hora del abuso: ellos también están siendo afectados, ya que son moldeados en su forma de ver las cosas. Es muy importante que usted, como padre de familia,  ponga atención cuando su hijo le platica y le dice: “papá, fíjate que hoy hubo un pleito en la escuela, y fulanito golpeó a perenganito”.

Usted debe escuchar lo que está diciendo su hijo. Él está narrando un hecho que vivió y que posiblemente le impactó mucho; él estuvo presente y vio como golpeaban al muchacho, como le decían de cosas o lo agarraban a patadas. El muchacho, como observador, tiene un impacto y es afectado por lo que pasa, usted debe indagar porque ¿qué le garantiza que su hijo no será el próximo que reciba un ataque de ese tipo?

Finalmente, el papel de los observadores es importante para la resolución y el cese de este tipo de maltrato. Es decir, los observadores tienen potencialmente la capacidad de detener todo tipo de maltrato, porque desde el momento que ven la situación pueden, en conjunto, proteger a la persona y detener el ataque.

Tampoco se trata de entrar en una guerra campal; simple y sencillamente, el abuso de poder reside en el hecho de que nadie le pone un freno al agresor. Pero si resulta que llega un grupo más grande tratando de impedirlo, se pueden lograr muchas cosas.

Ahora bien, puede presentarse el miedo entre los observadores, miedo a ser los próximos. “Me puedo meter en líos, mejor no quiero nada”. Esa es una conducta nada recomendable, porque cuando una persona no habla lo que hace es que promueve el maltrato. Desde ese momento, el ambiente se vuelve tan difícil que puede alcanzar a todos, y si el muchacho no entra al problema por miedo de sufrir consecuencias, ahora recibe las consecuencias de no haber actuado.

Es necesario que los observadores entiendan esto. Usted, como padre, tiene que hablar con su hijo acerca de los principios de justicia, de rectitud, de velar por los más necesitados, de no permitir acciones que no sean correctas. Quizás el niño no podrá actuar pero lo que pueden hacer es hablar con un superior, retirarse discretamente del pleito e ir a pedir auxilio. Eso puede evitar que se prolongue la situación de maltrato.

Es muy importante reforzar en los observadores la ética personal y la plena formación; enseñarles a nuestros hijos que deben defender los valores de justicia, de protección y de respeto a los demás; hacerles entender que su voz tiene valor y peso. Lamentablemente, esta es una cultura que no se practica realmente, ni en las instituciones educativas ni en la sociedad.

Por otro lado, muchas veces se les dice a los observadores: “fuiste un traidor, un chismoso y un soplón”. Esos calificativos agreden a los jóvenes y los hacen sentir mal; sin embargo, el que uno denuncie algo que está mal no lo hace chismoso, ni soplón, al contrario, está cumpliendo con su deber civil de ayudar a los más necesitados y denunciar lo que no es correcto.
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