Los efectos de la pornografía
 

La porno-adicción
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

Hoy en día, existe un padecimiento que ha sido tipificado como la porno-adicción, que es una dependencia a la pornografía, la cual se genera y se produce por los efectos hormonales que genera el estar viendo material de este tipo. Es decir, cuando se entra en contacto con la pornografía es muy probable que se haga adicto; por eso las compañías de pornografía recurren a cosas poco éticas y deshonestas, como abrir una ventana en la pantalla de la computadora para que la persona que está trabajando reciba una impresión.

Esta es la razón por la cual se abren este tipo de ventanas en la computadora: para que la persona quede impactada y marcada, para que después se haga adicta y se convierta en un consumidor de pornografía. La secreción de las hormonas endorfina, adrenalina y noraepinefrina se produce especialmente cuando alguien está expuesto a material pornográfico, lo cual la gente que se dedica al negocio de la pornografía a través de Internet lo sabe muy bien. Una persona que está involucrada con la pornografía, es muy complicado que pueda escapar por sí sola.

El experimentar sensaciones y placer lleva a una persona a buscar la pornografía, pero al mismo tiempo lo lleva a una distorsión de la sexualidad, que es el buscar las relaciones sexuales sólo para experimentar esas sensaciones. Aquí es en donde empiezan los problemas de la pornografía.

La sexualidad es parte de la vida del ser humano. Hay que entender que la sexualidad en sí misma no es mala, es algo hermoso; así fuimos creados y es para disfrutarse. Pero hay algo que se deja de lado y no se toma en cuenta y es el hecho de que ésta conlleva responsabilidades y tiene implicaciones morales.

La sexualidad proporciona bienestar, altos y muy intensos niveles de placer, produce descanso y relajación, ayuda a hacer más estrecho el vínculo matrimonial, pero no es el todo del ser humano. La vida del ser humano no debe girar alrededor de esas experiencias, ya que el hombre tiene, además de sexualidad, una mente, una inteligencia, una conciencia y una voluntad.

Tiene la capacidad de hacer lo que es correcto y esa capacidad se llama amar. Cuando hablo de amar me refiero a hacer el bien a los demás, no dañarlos, no herirlos, procurar su bienestar; conducir sus hechos, sus intenciones y sus pensamientos de manera que pueda proporcionar el mayor bien a los demás. Eso es el verdadero amor.

Cuando la vida del ser humano ha quedado centrada sólo en la sexualidad y vive para pensar y tener relaciones sexuales sin la responsabilidad que éstas conllevan, la persona ha caído en una distorsión de la sexualidad. Es decir, busca el placer personal sin ser sensible a las necesidades de los demás, deja de razonar, de usar el sentido común y hace a un lado la conciencia. No se entiende que para tener relaciones sexuales se tiene que tener un vínculo afectivo, emocional, de amistad, de respeto y de fidelidad con la persona del sexo opuesto.

Es decir, cuando dos personas tienen relaciones sexuales, están teniendo un vínculo, una comunión y ambos están siendo afectados. Si una persona se preocupa por el bienestar del otro, tendrán una armonía, pero no hay nada peor que simplemente buscar el placer propio. La pornografía genera eso: simplemente busca el placer propio y la satisfacción personal, sin tener en cuenta la otra persona.

Esto hace que haya un descenso en la vida moral del ser humano, quien  por buscar su propio placer ya no repara en el daño que otros pueden sufrir por su egoísmo. Esto llevará a no disfrutar la sexualidad como parte de la vida, a no tomar en cuenta la dignidad de otro ser humano, sino a vivir para la satisfacción propia, sin entender que esto sólo llevará a causar dolor a otras personas y finalmente a sí mismo, ya que vivirá una vida insatisfecha y vacía porque la sexualidad no es el todo del hombre.

La sexualidad no es el todo del hombre
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