La viudez
Cómo superar el duelo
 

El dolor de la viudez
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

En la viudez, sabemos que uno de los cónyuges ha quedado solo. Esto suele ser muy doloroso, produce sentimientos insoportables.

Esta es una diferencia muy grande con el divorcio en donde, a pesar que también uno de los cónyuges ha quedado solo, suele éste sentir descanso o libertad.

No así en la viudez, por el contrario, generalmente hay un sentimiento muy doloroso de soledad por la pérdida tan valiosa que se ha experimentado.

Generalmente, cuando se establece un pacto matrimonial, esperamos compartir nuestra vida hasta el final de los días con esa persona que hemos decidido amar y servir. Pero no pocas veces, se atraviesa la muerte; entonces esos planes, metas e ilusiones se ven cortados, entonces empieza una vida difícil.

Es cierto, surgen muchos sentimientos y emociones debido a esa gran dependencia que se tenía respecto al cónyuge. Se le extraña entrañablemente.

Hay personas que se derrumban por completo cuando muere su pareja. Ven imposible el seguir viviendo porque dependían mucho de la otra persona.

Hay personas que se sienten muy contentas de haberse casado con un hombre responsable, serio, amoroso; pero a veces ocurre que al morir ese padre ejemplar, como se dependía de una manera extrema de él, las personas se sienten totalmente abandonadas y desprotegidas, con una gran soledad, considerando que no van a poder salir adelante en sus vidas.

Usted como esposa, si se convierte en viuda, el hecho de que ya no tenga a su marido, no debe ser un motivo para detener su propia vida.

La realidad es que usted sigue aún con vida y tiene una familia, y cuando estuvo con él, fue una gran oportunidad para amar y ser amada. Pero eso no se debe dejar derrumbar. Recuerde que usted vivió gran parte de su vida sin haberlo conocido si quiera, ni siquiera en su mente existía esa relación. Usted lo conoció, luego compaginaron y se casaron.

Recuerde que cuando no estaba comprometida con él, usted pudo hacer su vida. Usted dependía de sus padres, pero el día que se casó pasó a ser dependiente de su esposo.

¿Qué le quiero decir con esto? Que si bien es cierto, los seres humanos tenemos vidas en las cuales dependemos unos de otros, finalmente, también somos personas que podemos desprendernos de una persona y empezar a depender de otra y que, si bien es cierto que hay dependencia, no quiere decir que dependamos del todo.

Vemos a los niños chiquitos, los recién nacidos. Ellos dependen para todo de sus padres, si sus padres no están, los niños morirían de hambre porque no se pueden cuidar solos. Los bebés son seres totalmente dependientes, que si usted los deja se mueren.
 
Un adulto en cambio, tal vez esté lleno de sentimientos y paralizado por las emociones. Pero usted sí se puede cuidar y hacerse valer por sí misma.

La muerte de un ser querido, si bien es cierto que duele, no es para que se paralice. Es verdad que pueden venir depresiones o desánimos muy profundos, pero aún eso tiene tratamiento y es 100% curable.

No se deje abatir, no vea que esto es el término de su vida. El que murió fue su cónyuge, no usted; y usted puede volver a rehacer su vida.

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