Por: Lic. José Eduardo Alvarado

Quiero recomendar a los padres, sobre todo a quienes tienen hijos en edad de crianza, que aprovechen la natural curiosidad en ellos. La curiosidad es una excelente aliada del aprendizaje, usted debe comprometerse a estimularla y cultivarla. A medida que los hijos van creciendo, muéstreles cómo buscar por ellos mismos las respuestas a sus inquietudes, puede proponerles consultarlo juntos.
Por el tipo de trabajo que realizo, mi día de descanso son los lunes y en algunas ocasiones lo aprovechamos para ir a la biblioteca, por ejemplo, donde juntos –mis hijos, mi esposa y yo– descubrimos cosas interesantes que podemos trasmitirles a nuestros hijos. Lo dijo como testimonio de que cuando el aprendizaje se hace de esta manera es eficaz y notable.

Platicando con mi hijo, le pregunté sobre qué animal le gustaría hacer una investigación y él dijo que sobre el jaguar. Consultamos juntos sobre dicho animal en una enciclopedia de animales y comenzamos a investigar dónde vivía, su tamaño, qué comía, etc.

Esto le motivó tanto que ahora él mismo escoge animales y dice: “Papá, quisiera investigar acerca del hipopótamo”, por ejemplo. Esto lo propician los padres, motivando a sus hijos a aprender y a que por sí mismos encuentren respuestas a sus inquietudes. Usted puede proponerle estudiar algo juntos y eso será valiosísimo para su hijo.

Trate de mostrar siempre interés en lo que su hijo quiere estudiar, aún cuando a usted no le interesa; yo le aseguro que muchas cosas que antes le aburrían le van a llamar la atención. De esta forma se da uno cuenta que definitivamente no conoce muchas cosas y que puede aprenderlas junto con su hijo.

Haga que aprecien los libros, sobre todo los no ficticios; me refiero a que existe mucha literatura de tipo esotérica que habla sobre situaciones no reales, pero que a los niños les parece que pueden ser reales. Este tipo de libros no son convenientes para los niños, pues aún no alcanzan a discernir estos aspectos.

Es necesario que los niños se acerquen a los materiales impresos. Cuando yo les leo libros a mis hijos, también hojeamos las páginas para ver las imágenes y luego les hago algunas preguntas. De esta forma ellos empiezan a razonar y en muchas ocasiones dan con las respuestas acertadas. Después de hacer esto todos los días por algún tiempo, le aseguro que sus hijos van a capta la idea y ellos mismos van a hacer las preguntas.

El planteamiento de preguntas antes de iniciar la lectura despierta la curiosidad que luego se verá satisfecha por medio de la lectura. Entonces, esa lectura despierta más la curiosidad, la cual se verá satisfecha con más lectura y más investigación. De manera que usted estará propiciando que su hijo sea un autodidacta y natural investigador.

La curiosidad es algo natural en nuestros hijos, el primer paso para explotarla es detenerse, mirar y escuchar; luego preguntar qué es, dónde se encuentra, cuándo ocurre, cómo pasa, quién lo hace y porqué, dependiendo del tema que se esté tratando. Después los hijos comenzarán por sí mismos a usar estas mismas preguntas para su investigación.

Las preguntas surgen de la observación de algo. La mayoría de nosotros debemos empezar por frenar el ritmo de nuestras vidas para poder observar todas las cosas que hay a nuestro alrededor. Haga un alto y empiece a observar este mundo precioso y se dará cuenta de cosas que no se imaginaba, comenzará a verlo desde una perspectiva diferente y podrá trasmitir conocimientos adecuados a sus hijos.

La natural curiosidad involucra el aprendizaje con auténtico entusiasmo y éste jamás volverá a ser aburrido para su hijo. El padre responsable buscará la forma de satisfacer esta curiosidad con auténtico  entusiasmo también.