El amor que da vida a la familia
 

Aprende a perdonar
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

El amor es un tema muy distorsionado, muchas personas no lo entienden y se han quedado con el amor sentimental que se expresa con un “te quiero” o simplemente con un sentimiento. Un padre puede observar a sus hijos y sentir mucha ternura o alegría, incluso puede llorar, pero realmente no los aman con sus hechos.

El amor sentimental es muy necesario. En muchos hogares no existe ese amor, es decir, esas expresiones afectivas de contacto físico entre un padre, su hijo y su esposa. El amor sentimental debe darse en todos los hogares, pero cuando eso es todo lo que se da y no se pasa a los hechos, no sirve, porque el amor sacrificial se traduce en hechos y buenas obras.

Tal vez un hombre puede decir que ama a su esposa, pero comete adulterio o traición. Eso no es amor, ¡es un engaño! La traición es un acto muy doloroso, aún más cuando se dice con palabras que se ama, pero con los hechos se demuestra lo contrario.

¿Alguno de nosotros se siente bien si su esposo o esposa adultera? Es obvio que no, nuestras conciencias reprueban el acto. El verdadero amor respeta y no hace nada indebido. Es necesario que aprendas a amar a tu familia.

Tal vez tú digas: yo no experimenté ese amor, yo no aprendí eso de mis padres. Dime, querido amigo, ¿te sentiste amado? Si eres sincero sabes que no. Tú sabes que eso no te hizo feliz, por lo tanto, ¡no les hagas lo mismo a tus hijos! Es tiempo de que te detengas, que hagas a un lado toda esa amargura y rencor que sientes hacia tus padres porque no te amaron ni te dieron tu lugar.

Debes perdonar, si no lo haces no vas a ser feliz y esos sentimientos te van a acompañar a donde quiera que vayas y te harán muy infeliz. Necesitas perdonar y cambiar tu actitud, pues el principal afectado eres tú. Perdonar no significa que olvides las imágenes o los recuerdos que viviste, simplemente necesitas cambiar tu actitud y no pensar en venganza.

Tal vez algunos sufrieron abuso sexual, pero Dios nos enseña y nos llama a perdonar, para poder ser libres y amar a otros y para que esos sentimientos no los echemos sobre nuestros hijos.

Los niños tienen una gran disposición para amar y servir, y quieren hacer sentir bien a papá y a mamá, el problema es que los padres los rechazan y se crea un abismo entre ambos. Después, los hijos también se amargan contra los padres y se repite lo mismo de generación en generación, afectando a todas las familias.

Papá, ˇnecesitas cambiar!
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