¡Quiero ser libre!
 

Sufrir violencia no es normal
 

Por: Lic. Alma Gallardo

Analízate por favor, y examina bien si al pasar del tiempo, ha disminuido el valor que te das a ti misma.

Esa imagen que tenías de ti como mujer, ¿ha ido disminuyendo?

Te invito a que reflexiones:

¿Piensas de ti que eres una mujer capaz de salir adelante?
¿Identificas fácilmente tus virtudes y talentos?
¿Pudieras decir que has vivido dignamente?
¿Eres una madre ejemplar para tus hijos?
¿Le has dado el valor que merecen?
¿Los amas?
¿Amas la vida, eres feliz?

Ahora entiendes por qué muchas mujeres – y probablemente seas tú una de ellas – por qué no alzan su voz en contra de la violencia, por qué no denuncian, por qué siguen dispuestas a soportar que sus maridos las insulten año tras año. ¡Ahora entiendes por qué muchas mujeres aún están permitiendo que sus esposos abusen no sólo de ellas sino además de sus hijas!

Porque creen que eso es normal, creen que lo merecen.

Han perdido la conciencia natural de discernir entre lo bueno y lo malo. Tu dignidad mujer, está tan baja ante tus propios ojos, que ya ni siquiera entiendes lo que es que es justo y lo que es injusto. A lo bueno llamas malo, y a lo malo bueno: se te hace fácil que tu marido abuse de tu hija, y se te hace tan difícil denunciar.

¡Qué triste! En países de Latinoamérica, donde las madres de familia son veneradas por la sociedad y se les considera el pilar en muchos hogares, al mismo tiempo hay mujeres que hoy no están llevando dignamente el título de madres, lo digo con respeto. Por un temor exagerado al hombre, han dejado de cuidar lo más sagrado: sus hijos. No son capaces de defenderse a ellas mismas, mucho menos pueden pensar en defender a sus hijos.

Ese estilo de vida apocado, amedrentado, que además es egoísta e injusto debe cambiar. Mujer, eres una persona, sana, con cualidades, con virtudes, tienes capacidades, tienes talentos. Dios la vida, te ha dado la oportunidad maravillosa de criar hijos, tienes una capacidad increíble para amar y hacer el bien. Pero no te has dado cuenta de ello. Vives pensando que lo normal es vivir en temor y angustias, que lo normal es visitar la sala de emergencias después de cada borrachera de tu esposo.

No mujer, madre de familia que me escuchas, eso no es normal. Hay otra vida mucho muy diferente, y debes apresurarte a conocerla por el bien tuyo y por amor a tus hijos.

El “ídolo – hombre”
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