La desdicha de un adúltero
 

El “placer” que ataca a la familia
 

Por: Dr. Salvador Cárdenas

La semana anterior abordamos el tema de la fornicación (las relaciones sexuales ilícitas o fuera del matrimonio). Esa relación ilícita tendrá como consecuencia una vida difícil para aquella persona que decide darle rienda suelta a su vida sexual sin límite alguno.

Decíamos también que Dios nos creó con capacidad sexual, con impulsos sexuales y que es nuestra responsabilidad darles un cauce adecuado. Se mencionó también que esa sexualidad puede convertirse en algo muy desagradable cuando no se sabe llevar correctamente.

Hoy vamos a abordar un tema que es un “cáncer” en nuestra sociedad, me refiero al tema del adulterio y sus terribles consecuencias.

Hay adulterio cuando una persona casada comete infidelidad contra su cónyuge, teniendo una o más relaciones sexuales y/o sentimentales con otra persona diferente a su cónyuge.

Tristemente en México el adulterio es una cuestión extendida en grandes sectores, pareciera que la excepción es el hombre que no comete adulterio. Lamentablemente la mujer también está cometiendo adulterio aunque en menor proporción que el hombre. El adulterio es algo, a veces, hasta socialmente aceptado y promovido en nuestra sociedad.

El adulterio de un hombre, en el contexto de los amigos y compadres, se ve como algo gracioso, agradable, motivo de satisfacción y de realización personal.

A la persona casada que tiene “aventuras” fuera de su matrimonio y que comparte esas historias con sus amigos, muchas veces se le ve como una persona sagaz, como un hombre inteligente y que sabe vivir su vida. Sin embargo el adulterio es el principal “cáncer” que está afectando a nuestras familias en nuestro país.

Tú sabes que una nación depende de la estabilidad de sus familias; cuando una nación tiene familias sanas, habrá países y naciones sanas. La sociedad está formada por las familias, y el adulterio es un atentado directo contra la integridad y estabilidad de éstas.

Pocas cosas lastiman y denigran tanto al cónyuge y a los hijos como la infidelidad de su esposo (a); el saber que su padre o madre es infiel.

Aparentemente el adulterio es agradable, pero detrás de éste hay una gran insensatez, un profundo egoísmo y una total falta de amor a la esposa y a los hijos, que son los primeros en sufrir cuando el adulterio causa un divorcio.

En México, muchos matrimonios terminan en divorcio; los porcentajes son muy altos. Hay muchos otros matrimonios que no terminan en divorcio, solamente guardan una apariencia de estabilidad, pero al interior de ese hogar, hay un infierno y conflictos muy grandes muchas veces motivados por infidelidades conyugales.

Evidentemente no hay estadísticas fiables acerca de cuál es el porcentaje de hombres que cometen adulterio, pero las estimaciones son altas ya que se habla de más de 70% u 80% de personas, principalmente varones, que han llegado a cometer adulterio o viven una vida en adulterio.

¡Qué triste es ver estas estadísticas en una nación que profesa una fe cristiana dentro del contexto católico o evangélico, en donde más del 90% dicen tener una creencia cristiana!

La dicha de estar casado
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