Cómo identificar a un abusador sexual infantil

Un lobo con disfraz de oveja

Por: Dr. Octavio Maldonado

Las siguientes son las estrategias de un abusador sexual, y esto no es cualquier tipo de testimonio; este testimonio es de una persona que por años estuvo en una posición de liderazgo, de servicio a la comunidad, estoy hablando de una persona religiosa, que tenía acceso a niños y niñas y que los padres de familia inocentemente creyeron que estaban delante de una persona espiritual, cuando fue todo lo contrario.

Esta persona escribió esta confesión ya en la cárcel, después de que fue enjuiciado por la cantidad de delitos que cometió y lo escribió como una forma de remordimiento, en una forma de tratar de ayudar a otras personas, aunque es un poco crudo, es importante que entendamos cómo piensan los abusadores sexuales y cómo es que se acercan a la familia.

“Yo soy un abusador de niños, he abusado a más de 90 niñas, de edades de 4 a 10 años. Por primera vez en mi vida acepto la responsabilidad de mi desviación y de mi actividad criminal.

Este artículo la verdad, es terrorífico para mí escribirlo, usted me puede malinterpretar algunas de las situaciones, pero por favor utilice su juicio hasta que haya leído el texto completo.

La razón por la que yo escribo este artículo es para que usted sepa mis tácticas que son similares a las tácticas de otros abusadores, y para ofrecerle sugerencias que le pudieran ayudar en proteger a su niño del abuso sexual. Por primera vez yo estoy exponiendo mis métodos de operación.

Cuando yo manipulaba a los padres, así como a las víctimas con el objetivo de abusar sexualmente de ellos, por lo general yo tenía una atracción especial por las niñas y abusé sexualmente de ellas; no obstante, la misma estrategia es utilizada para los abusadores que gustan de molestar a los niños.

Yo empezaba diciéndoles a los niños que nuestra relación era especial, por ejemplo, yo les decía: tú eres una niña muy especial para mí, a ti te amo en forma diferente que a las otras niñas. La víctima entonces entendía que si ella le decía a alguien, esta relación podría terminar.

Yo le recordaba a la niña que su papá o su mamá me amaban a mí y que ellos eran muy felices y estaban muy complacidos de que ella era una niña muy especial para mí, de esta forma la víctima no deseaba traer una tristeza a sus padres.

Yo le expresaba al niño que siempre y continuamente tenía cosas especiales para él y que nuestra relación era especial, así como ella era especial. También le expresaba a la víctima que al hacerla sentir bien a ella, ella me hacía sentir bien a mí, esto creaba un sentimiento de una responsabilidad dual y sobre todo una creencia.

El niño creía, o la niña creía, que ella era responsable y por lo tanto no podía hablar, yo le decía a la niña que los dos sabíamos perfectamente que estábamos haciendo algo malo y que no lo deberíamos de volver a hacer, de tal forma que yo creaba una responsabilidad mutua para que entonces la víctima no lo dijera.

Yo cultivaba la relación con los padres y los manipulaba, y también hacía lo mismo con la víctima, yo le enfatizaba al niño en la presencia de sus padres, cuánto disfrutaba de estar con ella y de esta relación especial.

Después lo hacía en forma contraria, les decía a los padres en la presencia de la niña, cuánto apreciaba la respuesta de la niña hacia mí y el progreso social y espiritual que observaba en ella, la víctima por lo tanto creía que sus padres aprobaban la relación. Yo le expresaba a la niña cuán tristes se sentirían sus padres si supieran que hacíamos estas cosas feas juntos, y yo sabía que ella nunca iba a decir.

Nuevamente el niño elegía no poner tristes a sus padres, ni tratar de traer una desilusión. Yo le enfatizaba a la víctima: “no me debes dejar de hacer, no me debes dejar que te haga esto, yo te amo, y nunca jamás te quisiera lesionar por lo tanto no me dejes hacerlo”, sabiendo bien que esa no era su opción, de esta forma yo ponía la responsabilidad en la víctima, haciéndola pensar que era la culpa de ella, de esta manera ella tampoco hablaría.

Yo solamente le decía “por esta vez y ya nunca más”, ella por lo tanto accedía a una experiencia dolorosa, a una situación embarazosa y por lo tanto no lo diría, para poder tener esta atención especial y este favor especial de mi parte, yo le decía también a algunas de mis víctimas que si alguien sabía de esto yo probablemente me metería en problemas y tendría que irme y buscaría entonces a otra persona y ya no me volverían a ver.

Yo enfatizaba que ella entonces también se podía meter en problemas y de esta manera yo le decía “te voy a extrañar y ya no vamos a poder tener esta relación entre tú y yo”, después le recordaba a ella de todas las cosas especiales que yo había hecho por ella.

(Es importante establecer una atmósfera de confianza en el hogar para que el niño pueda compartir las experiencias que le provocan temor o lo hacen sentir incómodo. Una vez que un niño ha sido abusado sexualmente, el ofensor ya está para repetirlo cuantas veces las situaciones y la manipulación lo puedan).

Yo abusé sexualmente de las víctimas por lo menos alrededor de 40 a 50 veces. ¡Escuchen a sus niños! La mejor estrategia para proteger a sus niños del abuso sexual, es la comunicación abierta: un niño que no tiene quien lo escuche o que no tiene experiencias de amor, de cariño y de cuidado es el más vulnerable para la explotación sexual.

Yo nunca molesté a un niño que me consideró un extraño, manipulaba cuidadosamente la relación de confianza y usualmente también la de los padres.

Una interacción con un niño cambia ese estado de “extraño” hacia “amigo”.Yo podía enseñarles que tuvieran cuidado de otros cuando en realidad lo único que quería era manipular la situación.

Tenemos que entender que la manipulación de la confianza se puede observar en aquellos que empiezan a denotar una atención excesiva por un niño. Hay que confrontar a esos adultos y tratar de observar cuál es su motivación; nunca forzar a un niño a abrazar o a darle un beso a un adulto, hay que respetar los sentimientos de los niños que crean lazos de relaciones o de amistad con los adultos.

Nunca debemos forzar a un niño que tome el lugar de un adulto, si un niño es reservado o resistente probablemente tenga razón para serlo. Siempre créales a sus hijos, si usted les muestra a sus hijos que a usted le interesan y que está dispuesto a escucharlos, él normalmente les va a decir la verdad.

Tenga mucho cuidado de no sobrereaccionar por medio de prohibirle al niño de decir toda la historia o sus verdaderos sentimientos, si usted sospecha que un niño está mintiendo, por favor déjelo hablar, si se contradice probablemente sí está mintiendo, pero si el niño ha sido abusado sexualmente por favor asegúrele al niño que no fue su falta, que fue la falta de un adulto.

Como un abusador de niños, yo no tuve sensibilidad a la vulnerabilidad de los pequeños, yo los observaba como si no tuvieran emociones o un sentido de pertenencia o de ser amados.

Por lo general este tipo de niños me permitían estar mucho tiempo con ellos, ellos se convertían entonces en mis amigos especiales y elegían estar conmigo; de esta manera podían tolerar algunos malos momentos, para poder seguir compartiendo los buenos momentos, preferían soportar estos malos momentos con tal de seguir teniendo esa sensación de ser amados y ser cuidados y obviamente de no estar solos.

Yo creaba una manera de atraerlos al comprarles cosas a estos niños, sobre todo aquellos que no tenían, esto establecía de inmediato un lazo de afecto con ellos y de confianza. El niño está dispuesto a experimentar cualquier tipo de tocamientos mientras pueda recibir algún tipo de premio o recompensa.

Un niño puede atraerse o ser atraído con otra persona cuando se le puede dar algún tipo de diversión. Observe el comportamiento de sus hijos y sea usted muy sensible a los cambios, un cambio repentino en el comportamiento, como por ejemplo alguna rebeldía, agresiones, pesadillas, el miedo a estar solo, el que se orinen en las noches, los dolores estomacales, los dolores en los genitales o el mismo miedo a ser abrazados, pueden ser signos de que un niño ha sido y está bajo un abuso sexual.

La decaída repentina o la disminución en las calificaciones, o en los grados escolares, el decaimiento o interés en la escuela, y el uso de pláticas sexuales que no corresponden a su nivel o el deseo de correr fuera de la casa, o de salir de la casa, todas estas pueden ser claves de un abuso sexual.

Este es el testimonio de una persona que por años utilizó este tipo de estrategias para abusar sexualmente de los niños.

Al rescate de nuestros hijos
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