Padres y Adolescentes – III Parte - “Aprendiendo a ser padres positivos”

Establece consecuencias importantes para el muchacho

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Es de suma importancia en el hogar establecer reglas y consecuencias a los comportamientos de nuestros adolescentes. Éstas deben de ser marcadas con anterioridad, para que nuestro trato con ellos sea más efectivo.

El muchacho y el padre deben saber exactamente qué comportamiento se espera y cuáles son las consecuencias si no se actúa de dicha manera.

Hay varios métodos para establecer las reglas y sus consecuencias. En el programa anterior, estudiamos el primero: utilizar las consecuencias naturales.

Algunos comportamientos traen consigo consecuencias naturales y son, por lo regular, suficientes para provocar cambios en el adolescente.

Un ejemplo puede ser el siguiente: mamá dice que a las 8 se sirve la cena, si el muchacho llega a las 8:30 se encontrará con las consecuencias naturales de no haber llegado a tiempo. No cenará o tendrá que prepararse su propia comida.

Muchos adolescentes sienten que sus padres siempre están detrás de ellos, diciéndoles que hagan muchas cosas. Bueno, entonces tú le puedes decir: “No te voy a pedir que hagas nada, pero entonces tú tampoco me pidas que haga cosas por ti”.

Al principio puede parecerle bien la propuesta al joven, pero poco después se dará cuenta de que no fue un buen trato y que el padre hace mucho más por él de lo que se imaginaba.

Puedes utilizar el “principio de la abuelita”: tú haces lo que yo quiero que hagas y entonces tú puedes hacer lo que tú quieras. Aplicado en la práctica podría ser: “acaba de comerte las papas y entonces podrás comerte el postre”.

Este método de establecer consecuencias debe ser usado como un incentivo en el momento. Pero usemos consecuencias importantes. Identifiquemos qué consecuencias pueden ser importantes para tu muchacho y establece las reglas de acuerdo a eso.

Las consecuencias pueden ser positivas, cosas que no ocurran todos los días en tu casa, como regresar un poco más tarde a tu casa o invitar a algún amigo a cenar.
También pueden ser negativas, como la pérdida de privilegios, restricciones, etc. Cualquier privilegio, actividad o petición que sea importante para el muchacho puede servir como una consecuencia a su comportamiento.

Por ejemplo, si el muchacho quiere regresar a casa más tarde de lo normal, se puede ganar ese privilegio al trabajar más durante la semana.

O bien, si el joven hace un esfuerzo por llevarse bien con sus hermanos se ganará el privilegio de utilizar el teléfono más de lo normal. Estas consecuencias positivas pueden permitirle obtener privilegios.

Las consecuencias pueden cambiar los comportamientos
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