La Crisis Financiera y sus Efectos en la Familia - II Parte: Consejos Prácticos

Primer consejo: Aplicar valores que ayuden a la familia

Por: Ing. Gilberto Sánchez

En el programa anterior entendimos que el hecho de no saber sobrellevar emocionalmente  una crisis económica, puede llegar a afectar nuestra salud mental y la de nuestra familia.

Es por ello que en esta segunda parte del tema, expondremos algunos consejos de expertos; esperando que puedan ser de utilidad, para poder hacer frente a esta crisis y aminorar sus dañinos efectos en la salud de la familia.

En medio de tantas situaciones difíciles que pasan alrededor nuestro, y refiriéndonos específicamente a la crisis económica, nosotros como padres de familia debemos aprender a valorar y cuidar a nuestra familia, ya que en ella tenemos un gran tesoro, mucho más valioso que un cofre lleno de oro.

Pero el cuidar nuestra familia implica andar de la mano con los valores familiares, como son: la comunicación, la honestidad, el buen ejemplo y la esperanza.

  • Comunicación. Saber escuchar, saber explicar es esencial con el fin de poder evitar que el tema financiero se convierta en un tema inabordable, para lograr que en lugar de generar pleitos y discusiones, se puedan formar en familia metas y estrategias para salir adelante.
  • Honestidad. Ésta juega un papel muy importante en la familia, ya que produce confianza entre sus miembros. ¡Qué descanso trae a una esposa el saber que su marido, gastará su sueldo (sea poco o mucho) en satisfacer las necesidades de la familia!

Ser honesto también implica la rendición de cuentas puntual y verídica de cada uno de sus miembros; y claro, ninguno de los miembros de la familia se molestaría porque se le preguntara cuánto ganó y cómo está invirtiendo su dinero.

Realmente cuando existe honestidad en la familia, escuchamos frases como: “Gastamos lo que juntos acordamos”, “Te conozco y sé que invertirás y cuidarás celosamente nuestros ahorros”, “Puedo confiarte esta necesidad que tengo y sé que no te enojarás conmigo, sino que me ayudarás a suplirla”.

  • Buen ejemplo. De los padres hacia los hijos es fundamental, porque podemos decir muchas cosas, pero si finalmente con nuestro ejemplo no somos coherentes con lo que decimos y hacemos, estaremos destruyendo el testimonio. Entendamos pues, que nuestro ejemplo vale más que mil palabras.
  • Esperanza. La cual siempre nos fortalecerá y nos dará buen ánimo en medio de una crisis. Un carácter estable ante las circunstancias adversas, es un gran ejemplo para que nuestros hijos vean que tenemos decisión de luchar y esforzarnos.

Es normal que una persona que enfrenta una crisis se sienta inquieta, con angustia y temor, pero no debemos dejar que esos sentimientos nos gobiernen, al contrario, debemos de usar la razón, aprender a tener paciencia, tener confianza en Dios, ver las cosas con objetividad, etc.

¡Siempre hay esperanza! Cuánto más si usted es una persona trabajadora y esforzada. Eche mano de la fe y la paciencia para poder soportar con buen ánimo toda dificultad.

Segundo: Ser buen administrador
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