El nuevo rostro del crimen juvenil II Parte: Hogares disfuncionales = jóvenes criminales (a)
 

La falta de afecto de la madre
 

Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

¿Qué podemos decir de la falta de afecto de una madre? Según el profesor Roy Lovell de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, “cada vez hay más evidencia de que existe un importante período crítico que ocurre en la edad temprana de los niños, el apego a sus cuidadores adultos se está formando y esto les ayuda a desarrollar buenas conductas y habilidades de socializar, así como de alejarse de conductas o comportamientos agresivos.”

Las primeras experiencias del afecto maternal intenso constituyen la base para el desarrollo de una conciencia moral y empatía con los demás. Si el apego emocional de un niño a su madre se interrumpe en los primeros años puede hacerse un daño permanente a su capacidad de apego emocional a los demás. Es decir, el será menos capaz de confiar en los demás y tenderá a tener un distanciamiento.

Un ejemplo que nos ilustra la ausencia de amor de una madre es el siguiente: Una joven de 12 años de edad quería saber por qué su mamá era tan agresiva cuando ella no le hacía nada. De repente la mamá la regañaba por algo que no había hecho. Dice ella: “No me gusta que grite, me altera. Ayer me desvelé haciendo mi tarea, pasé a primero de secundaria, y estaba investigando la tarea y mi hermano se molestó y me apagó la luz. Yo bajé por un diccionario de inglés porque mi mamá no quería que agarrara la computadora. Entonces, mientras subía las escaleras, apagó la luz. Tomé mi cuaderno y así con la luz apagada me puse a hacer mi tarea. Sin embargo, yo soy muy sentimental y me puse a llorar. Mi hermano dijo “anda, haz la tarea” y prendió la luz. Pero yo no quería y volvió a apagar la luz y me gritó mamá. Entonces yo le dije, ya por favor. Me encontraba yo llorando porque mamá me grita delante de todos y a mi hermano de diecisiete años le gusta verme llorar y que me regañen. Yo agarro la computadora porque no salgo a la calle, no tengo amigos. Hace como un año vinieron a mi casa unas niñas a invitarme a jugar y yo me puse muy contenta, pero mi mamá dijo NO.”

Este es el testimonio real de una joven que está siendo conducida por la ausencia de su padre en casa, por la falta de una madre que la guíe hacia los valores familiares, morales, hacia un carácter. Y aquí estamos viendo el patrón. Vemos un hogar disfuncional.

Sigue diciendo la joven: “Mi padre nunca me ayuda a hacer la tarea, nunca se informa de cómo voy en la escuela, tengo un promedio de 8.3, y me dice “eres bien floja”. Yo siempre intento ser mejor, pero ¿cómo quiere que sea mejor si ni siquiera sabe en qué año nací? No sé si irme a vivir con otra persona u otra familia porque la verdad de las cosas ya no soporto más esta situación. Llegó el día en que salí de casa, decidí suicidarme, empecé a buscar y preguntar cómo quitarme la vida.

Actualmente ya no sé qué hacer. Y que yo me acuerde, nunca me han abrazado y es muy fría mi relación con mis padres. Solicito ayuda. Muchas gracias.”

En este caso vemos la triste experiencia de esta joven que nos narra su testimonio, su triste historia, y de verdad da dolor ver sus palabras de angustia, de ansiedad y que quiera suicidarse.

Afortunadamente como muchas personas, en Esperanza para la Familia, ella recibió la atención oportuna y actualmente está siendo apoyada en una forma metódica, donde se le puede sacar adelante, al menos, de ese pensamiento de suicidio.

Muchos jóvenes son infelices
Condiciones Legales de Uso | Derechos reservados 2012 ©