Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Pero no queremos salirnos de nuestro tema: la violencia intrafamiliar. Continuamos hablando de la salud mental y vamos a tocar el punto de la desintegración familiar y la violencia intrafamiliar.

La desintegración familiar se debe a muchos factores ya lo hemos visto, sea por el alcoholismo o las drogas pero principalmente, alguien dijo por la falta de comunicación ya que es algo que debe estar muy presente en una familia.

Los padres deben de hablar entre ellos sobre lo que les gusta y lo que no les gusta para así cambiar o tratar de cambiar y tomar una decisión correcta. También creo que es importante hablar con los hijos ya que nuestros hijos no deben ser solo espectadores de problemas entre papá y mamá o imponerles normas y castigos sino que deben de platicar los padres con ellos y preguntarles sobre sus problemas y qué es lo que les pasa. Así de esta manera evitamos que nuestros hijos caigan en alguna droga, ya que después será muy difícil tratar de charlar con ellos.

Cuánta verdad hay en estas palabras anónimas que encontré por ahí en mis lecturas y es cierto, cuántas personas el día de hoy por falta de comunicación ya después no pueden hablar con sus hijos. Hablar con los hijos es algo que no se da así nada más, hablar con los hijos no es hablar de lo que tienen  que hacer o no tienen que hacer solamente.

Hablar con los hijos es comunicar y comunicar es entre el que habla y el que escucha, el que escucha también tiene que hablar para que el que habla también escuche.

Dicen que “el mejor padre es aquel que sabe escuchar, el mejor padre es aquel que sabe callar cuando hay que callar”, y en su meditación, en su silencio ese padre o esa madre buscará la solución ante el problema nuevo que se le acaba de presentar y no abrirá su boca con un estampida de malas palabras y toda cosa de males.

Cuando desaprovechamos la oportunidad de hablar con nuestros hijos desde que son pequeñitos ya no podremos hablar con ellos cuando sean jóvenes, ellos ya no tendrán ningún interés en la comunicación con sus padres y sólo se volverá en una relación de regaños de pleitos con los hijos y a veces de violencia hacía los hijos o la esposa o al esposo en algunos casos.