Entrevista al Lic. José Eduardo Alvarado,
Conferencista y Consejero Familiar
Por: Olga Almanza Garrido

EPF: Recientemente, en unos eventos, con madres de familia, les preguntamos: ¿qué es lo más valioso que han recibido ustedes en la vida? La mayoría respondió: “nuestros hijos”. Otras contestaron: “mi familia”. Con esto afirmamos el gran valor que tiene cada niño, adolescente, joven que forma parte de la familia y que no debemos perderlo, al contrario, fomentar los valores con ellos, ayudarlos.
 
Acabas de comentar sobre la comunión, intimidad, que debe existir y promover en este caso entre todos, es tan importante y que nos lleva a enfatizar el sentido de pertenencia.

Sentir que pertenecemos a un grupo en el cual vamos a ser aceptados, incluidos. La madre va a ser madre de su hijo toda la vida, desde que lo engendró y que lo va a seguir motivando, instruyendo, dirigiendo, y ayudarlo aun  si se detecta algún trastorno, pues los padres son las personas más cercanas a él.

Leí un comentario de Sixto Porras, Director de Enfoque a la Familia, y él dijo: “Los estudios sobre la vida humana demuestran una necesidad fundamental de todo ser humano, que es sentirse amado y vivir en un entorno que le provea seguridad,  y esto lo provee la familia.”

Comentabas que la intimidad que debe de existir entre padres e hijos permite descubrir las necesidades del otro. ¿Cuáles son los trastornos de salud mental a que se refieren las estadísticas antes mencionadas?, y ¿cuáles son los síntomas a los que cada padre de familia debe prestar atención para detectar a tiempo algunos de estos trastornos?

JEA: Claro. Hay signos que como padres podemos darnos cuenta que no están bien en nuestros hijos. Si entendemos la salud como un estado de satisfacción plena en donde no hay carencias de nada, en donde se experimenta una plenitud no solamente en lo físico, sino también en lo mental, emocional, social, etc. Tendríamos que considerar algo.

Si se están presentando trastornos dentro de una familia, algo está fallando. Antes de mencionar los síntomas, desde hace tiempo hay instituciones que estudian esto trastornos emocionales; por ejemplo, el Consejo Nacional de Población, en una encuesta para saber qué es lo que la gente consideraba como lo más importante, contestaron que la familia es lo más importante, que no hay algo tan valioso como la familia.

Con el paso del tiempo, para la generalidad de la familia mexicana, la familia sigue siendo lo más importante. Respecto a lo que comentabas, cuando aparece la depresión sucede un síntoma de aislamiento o soledad y tristeza.

Unos sicólogos de la Universidad de Arizona, EEUU, estudiaron el fenómeno de la soledad y los efectos de ésta en la salud individual. En los resultados de dicho estudio, señalaron que la soledad es dañina, potencia los hábitos nocivos de salud y el estrés, de hecho llega a transformarse en un nivel más grave que es la depresión.

Los investigadores definieron la soledad como la diferencia entre ese nivel de contacto que deseamos y el que realmente alcanzamos. La idea es que en cada individuo existe ese anhelo, ese deseo de sentirse aceptado, amado, comprendido y no hay otro lugar importante para encontrar esto más que la familia.

Entonces, cuando ese nivel de contacto social no se logra en casa, entonces empiezan a presentarse estos trastornos como el aislamiento, la soledad, la desesperación, el temor y el vacío interior, ese sentimiento en el cual el joven puede decir de sí mismo que no sirve para nada, que nada de lo que hace está bien.

La impaciencia es otro factor importante, y que a veces lo vemos como su carácter y en forma recurrente, como también pudiera ser el enojo, la autocrítica negativa, el temor, el vacío interior, la autocompasión, y así,  consideran su vida misma sin propósito y no tienen un objetivo claro.

Ellos asumen que tienen que estudiar sin motivación, que tienen crecer como parte de un proceso similar al de los demás, por lo tanto, los especialistas enfatizan el prestar mucha atención a  estos síntomas y ellos mismos opinan que la depresión se presenta en los jóvenes en estos tiempos, más que antes.

Se estima que el 18% de la población sufre depresión  a lo largo de su vida, y que es más frecuentemente en la mujer. Para concluir, puedo decir que un padre comprometido con sus hijos puede ayudar de una manera muy definitiva para que sus hijos salgan adelante.

El padre y la madre deben estar vinculados, y llevar su papel dentro de la casa para que estos trastornos ni siquiera aparezcan en el medio familiar.  Aun cuando los especialistas opinen que los trastornos como la depresión van incrementando, la cercanía de los padres hacia los hijos en forma activa es un factor clave para que lo anterior disminuya y desaparezca.

EPF: Quisiera ahondar más en las actividades que como  familia podemos realizar juntos, para fomentar la unidad, la armonía y  este sentimiento de seguridad que es una necesidad en todas las personas, ese sentimiento de ser acogidos, aceptados.

Me viene a la mente el testimonio de Nick Vujicic, un joven australiano, que ha viajado por casi todo el mundo y que, a través de conferencias, comparte la manera en que él ha logrado tantas cosas, a pesar de no contar con sus brazos, manos, ni piernas; sin poder experimentar lo que cualquier persona puede hacer a través  de una caricia, mostrando el afecto, y Nick comenta que él tuvo un intento de suicidio a los 8 años de edad.

A esa corta edad, él intentó ahogarse en la bañera, según su testimonio, y que a pesar de esa fuerte depresión, él reconoce que siempre pudo salir adelante gracias a sus padres.

Aquí vemos el gran apoyo que le brindaron sus padres y la manera tan admirable  en que él pudo salir adelante. Es un ejemplo, que debe inspirar la vida de muchos y ante lo imposible, creo que sí se puede.

Quizás represente para unos tener más tiempo de hablar con sus hijos y bueno, qué tipos de actividades podemos realizar, como integrantes de la familia, para prevenir estas situaciones difíciles en casa.

JEA: Yo también conozco el testimonio de este joven y algo que me gustaría complementar a tu comentario, es que fue el amor de sus padres lo que impidió que este joven muriera.

El amor procura el bien de las personas, del prójimo. Entonces, el amor de los padres a sus hijos, se demuestra al entender las necesidades de ellos, si sabemos que ellos padecen algún trastorno, pensar que tengo que procurar su bien, independientemente del tratamiento que se requiera, los padres deben mostrarles su amor, estar a un lado de ellos para que puedan salir adelante.

Las actividades que  podemos realizar con ellos son: la convivencia, de manera que ellos piensen que son importantes para su familia, lo cual les da un sentimiento de identidad, del valor, de pertenecer.  

Los ejemplos de qué hacer, insisto, tiene que ver con lo cotidiano, es decir, crear espacios para propiciar la comunicación, como el comer juntos a la hora de la comida. Yo recuerdo que los momentos más significativos para mí, eran aquellos en que mi padre, mi mamá y mis hermanos estábamos juntos.

Otra actividad es escuchar con genuina atención, es decir, ser atentos cuando nuestros hijos nos hablen y eliminar cualquier distracción que se presente.

En ocasiones ellos se acercan con nosotros para comunicarnos algo que para ellos es importante y no les prestamos la debida atención, porque para nosotros no es importante.

Además, la forma de comunicarnos con ellos es diferente, conforme a la etapa de su vida, por lo tanto, también debemos hacernos a su edad para facilitar la comunicación.

Otra actividad es que seamos congruentes, es decir, que nuestros hijos se den cuenta de que lo que decimos ocurre realmente, si prometemos algo, lo cumplamos. Ser respetuosos, honestos y veraces al hablar con ellos y favorecer la expresión de sus sentimientos.

Esto nos habla de ser muy sensibles a su necesidad y la manera en que transmitimos un mensaje, poner en palabras lo que ellos sienten; por ejemplo, cuando nos dicen que se sienten mal por alguna situación difícil que tuvieron en la escuela.

Esto significa, que podamos ayudarles a poner en palabras lo que ellos no saben expresar, con lo cual podemos ubicarlos y, entonces, ellos entenderán que les comprendemos.

Quizás si me dice que se “sintió” (refiriéndose a que está ofendido) porque no le dieron pastel en la fiesta de su salón, yo le preguntaría ¿cómo te sientes? Y entonces, de lo que conteste, ayudarle a poner en palabras lo que ellos quieren decir.

En este caso, sería explicarle: no te “sentiste”, a lo mejor te pusiste triste porque no te dieron pastel - y añadir-  pero eso no es tan importante, aquí lo interesante es que tú asististe y agradecer que te hayan invitado.

De esta manera queda en el hijo el sentido de que su padre se interesa por lo que le pasa y le ayuda a salir adelante.

Estar juntos, es otra actividad importante. Jugar juntos, estudiar juntos, pasear, cenar juntos, y esta cercanía y convivencia nos permitirá ver si algo les está perturbando y que pueda derivar un trastorno, más adelante. Lo cotidiano.