Entrevista a la Nutrióloga Karla Sofía Talamás Marcos
en el Programa “Hogares Satisfechos: Hogares Saludables”
dela Cruzada Nacional contra el Hambre.
Por: Lic. Olga Almanza G. - Terapeuta Familiar

Comencé esta entrevista hablando de que la base de los valores es el Amor y el cuidado al prójimo, el cuidado del hijo, precisamente. Entonces, si estás viendo que tu hijo llora, si estás viendo que tu hijo tiene necesidades, no solamente vayamos a satisfacer sus necesidades a través de algo material; a veces los hijos están clamando para que papá esté en casa, para que la mamá deje de trabajar un poco y, de verdad, aunque vivan con menos, pero sean más felices.

Ese es el llamado que siempre estamos haciendo en Esperanza para la Familia: fortalecer los lazos familiares. Entonces, Karla, ¿Cómo podríamos darnos cuenta si tenemos una conducta en casa, de alguna persona con hambre emocional? ¿Hay algunas preguntas que pudiéramos hacernos para identificar si alguno de nuestros integrantes en la familia está padeciendo este trastorno?

Sí, es fácil darnos cuenta si empezamos con una serie de preguntas, no sé si las mamás que están ahorita en casa o los adolescentes pueden apuntarlas para que pongan mucha atención y se hagan estas preguntas, que si la mayoría las contestan con un sí, entonces quiere decir que el hambre emocional está presente.

Se las voy a mencionar:

• ¿He estado comiendo porciones más grandes de lo normal?
• ¿Como a horas poco habituales? Por ejemplo a media noche o ¿me despierto más temprano a comer?
• ¿Siento descontrol a la hora de comer? Hay gente que come muy rápido o come más cantidades de las que quería comer o que le faltó control.
• ¿Me siento ansioso o nervioso por algo? Como por la escuela o alguna situación social o un acontecimiento que genere estrés.
• ¿Me ha ocurrido algún acontecimiento importante que me está costando afrontar? A lo mejor, el fallecimiento de un ser querido o algún problema en el matrimonio o tengo sobre peso o soy obeso…
• ¿Está aumentando mi peso recientemente? Esta es una pregunta muy importante.
• ¿Hay otras personas en mi familia que utilizan la comida para afrontar emociones? Porque muchas veces hacemos patrones repetidos, alguien en la familia lo tiene y constantemente los estamos repitiendo.

Frecuentemente son las mamás las que tienen esta hambre emocional y los hijos empiezan a repetir los patrones, sin hacerlo tan consciente.

Entonces, si pueden hacerse estas preguntas en un momento que tengan, un rato libre, puede contestarlas para darse cuenta si la tiene, porque, ya identificando el hambre emocional, es mucho más fácil combatirla, afrontarla o prevenirla.

Ahora, Karla, de verdad que son síntomas muy definidos, yo creo que es fácil darnos cuenta de una situación así: simplemente despertarse durante las noches o comer a deshoras o en la oficina, en el trabajo, eso nos está hablando de que necesitamos ayuda, orientación y reconocer el problema, es lo primero y, después, buscar ayuda de un profesional, desde luego.

Y ya que se tiene identificado el problema, ¿qué puede hacer una persona para solucionar el trastorno de hambre emocional?¿Estamos hablando de un trastorno?

Antes de ver cómo lo podemos combatir, me gustaría nada más comentar, que muchas veces, el hambre emocional está relacionada a algunos tipos de alimentos. También es fácil identificarla así, porque cuando son alimentos altos en azúcares o, por ejemplo, se buscan unos chocolates o unos dulces, eso quiere decir que es un sentimiento como de tristeza, o depresivo. Por lo general cuando hay estas emociones, siempre está buscando algo, como un dulce o algunos alimentos que son grasas o alimentos fritos.

Por lo general, es la gente que tiene un vacío, que necesita sentir ese logro, o que se siente satisfecho con ese tipo de alimentos, o también los que son más aburridos tienden a los fritos, como a las papitas a los crujientes, entonces, dependiendo de qué tipo de alimento es el que estamos buscando, podemos definir cuál es nuestra emoción o qué tenemos.

Y en cuanto a lo que comentabas, de cómo podemos prevenirlo: hacernos conscientes es la forma más fácil de prevenirlo; entonces, si ya sabemos que lo tenemos, o que ya nos contestamos las preguntas, entonces hay que hacernos otra serie de preguntas, como las siguientes:

Cuando llegamos a la casa, ¿qué es lo primero que hacemos, vamos directo a la cocina? Y si vamos directo a la cocina nos preguntamos: ¿realmente tengo hambre? O a lo mejor simplemente tengo sed o quiero estar comiendo alguna otra cosa y, cuando estamos comiendo preguntarnos: ¿estoy satisfecho? ¿Hasta aquí? o ¿Estoy comiendo algo de más? Entonces, poco a poco lo vamos identificando, lo vamos abordando y así se empieza a prevenir.