Resentimiento


El resentimiento o rencor, actúa como un veneno que te hace sentir “la víctima”. Por ello siempre quieres que se reconozca que te han ofendido, para satisfacer tu deseo de justicia.

Sin embargo, el rencor destruye tu bienestar anímico, psicológico; tu alma está inquieta y se siente mal porque siempre se siente agredida. El resentimiento puede afectar a tal grado tu personalidad, provocándote algunos de los cambios que a continuación se enumeran.

 Características de la persona con resentimiento

  • Te vuelves una persona más agresiva.
  • Actúas más a la defensiva.
  • Eres más sensible al trato que recibes.
  • Tienes pensamientos de incredulidad, es decir, sueles pensar que las personas que se acercan a tratar de ayudarte no son sinceras contigo o buscan algún provecho de ti.
  • Consecuentemente, te vuelves una persona maliciosa, y desconfiada.
  • Te vuelves hostil, nervioso, enojón.
  • Generalmente ves el aspecto negativo de las cosas, no el positivo.
  • Sueles hablar de la(s) persona(s) que te lastimó(aron).

¡Alerta!

Las personas que te rodean perciben que reaccionas de tal manera ante tu ofensor o ante ellas mismas (aunque no te hayan ofendido) y ello puede llevarte no solamente a un conflicto personal, sino que puedes generar un conflicto familiar, laboral o en tu escuela. 

Recomendaciones

Lo más importante es perdonar.

El perdón no significa negar lo sucedido, al contrario, es aceptarlo y enfrentarlo, decidiendo voluntariamente no guardar rencor ni resentimiento hacia la persona que te ofendió, desligándote emocionalmente del daño recibido.

Al tomar por ti mismo esa decisión, eres un ser renovado, libre de un pasado, libre del sufrimiento interno que te causaba enojo, ira y malestar.

“Tenemos la hipótesis de que el perdón
permite a una personavencer una situación
sobre otra
que se podría haber convertido en la mayor fuente de estrés  y que le podría afectar mental y biológicamente. El perdonar trae un
cambio de pensamiento dramático
y un
equilibrio mental en la persona.”

Dr. Petro Petrini

        ¡Tú puedes ser feliz, tú puedes perdonar!

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