Otro Matrimonio es restaurado
¡Hay esperanza para tu familia!


  • Alberto y Mariana, lograron restaurar su matrimonio a pesar de la crisis que enfrentaron durante meses.
  • Por encima del dolor ocasionado por la muerte y la traición, vencieron la esperanza y el amor.

“Alberto y Mariana” a quienes hemos llamado así para guardar su identidad, son de los pocos matrimonios que han logrado superar dos de las crisis más dolorosas que atraviesan hoy en día muchos hogares en Latinoamérica: el dolor de la muerte de un hijo, y la traición del adulterio.

En una ciudad del norte de México, Alberto y Mariana sufrían al ver la enfermedad de su pequeña hija Pamela de 8 años de edad, quien moría en una clínica a causa del virus de Influenza.

Mariana, la joven madre, no se despegaba de su hija, la amaba con todo el corazón y le dolía mucho verla sufriendo en el hospital. Mientras su esposo, Alberto, quien también se dolía del estado de su hija, trabajaba más para cubrir las necesidades médicas que estaban surgiendo. Sin embargo Alberto, lejos de encontrar un refugio en su familia, se dejó seducir por otra mujer con quien terminó adulterando.

Fue en ese crítico período que falleció Pamela y finalmente, Mariana, la joven madre, descubre el adulterio de su esposo. Una tragedia familiar y dos pérdidas muy grandes para Mariana, quien se encontraba en crisis. Su alma agonizaba del  dolor por su hija al mismo tiempo que comenzaba a albergar un profundo odio y rencor hacia su marido.

Pero Mariana buscó ayuda. Comenzó a acudir a la terapia que brinda gratuitamente Esperanza para la Familia en esa ciudad, donde se le habló de la esperanza real en Jesucristo explicándosele con mucha paciencia la crisis que estaba atravesando y la necesidad, por difícil que pareciera, de perdonar el agravio, pues el rencor en nada la iba a ayudar en esos momentos.

Mariana comprendió su necesidad y empezó a buscar a Dios para arreglar su vida y a esforzarse en poner todo de su parte para salir adelante. Milagrosamente empezaron a ocurrir cambios de raíz: su esposo la fue a buscar arrepentido, pidió perdón por lo que había hecho tanto a ella, como a los padres de Mariana y sus hermanas. Al ver la actitud sincera de Alberto, Mariana decidió perdonarlo y juntos llegaron a la oficina de Esperanza para la Familia para continuar la terapia.

Ambos desean rehacer sus vidas, ambos están arrepentidos: él por el adulterio, ella por el rencor. Ahora desean mantener su matrimonio guardándose mucho el uno al otro. La crisis ha pasado porque milagrosamente intervino la virtud más grandiosa que Dios ha derramado para la humanidad: el amor.

Reflexionemos en esta historia verídica y tomemos la enseñanza que nos da. ¿Cuál es tu problema? ¿Cuál es tu aflicción y el dolor que estás sufriendo en estos momentos? Para Dios no hay imposibles. Ten fe, ten confianza, arrepiéntete de la maldad. Ningún deseo perverso como el odio, la codicia, el adulterio o las adicciones, van a curar la insatisfacción que puedas llevar dentro de ti. La respuesta es Jesucristo, y como lo hemos enfatizado siempre: los valores familiares, son la solución. Piensa en tu familia y en tus hijos. Atrévete a perdonar, atrévete a dejar las adicciones y atrévete a ser feliz y a guiar a tu familia al Camino verdadero que es la Palabra de Dios.

“Así que no son ya más dos, sino una sola carne;
por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” -Mt. 19:6

 

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