Una de las tragedias que destruye muchos hogares es el divorcio. Genera muchísimo estrés y ansiedad en los hijos, de tal manera que puede traer eventos en la vida de los muchachos bastante difíciles de sobrellevar.
Además, la persona que se divorcia, en sí misma experimenta terribles presiones ya que a veces hay pérdida de posesiones materiales. En ocasiones la vida de esa persona tiene que ser totalmente reorganizada, se establece una nueva identidad como individuo, hay una reestructuración de la vida familiar ya que las tareas del hogar, las finanzas familiares, las relaciones con otros familiares, las responsabilidades de padre o de madre se incrementan al estar solo.
A continuación numeraré señales de estrés en cualquier miembro de la familia que vive un divorcio:
- cambios de conducta
- llora más de lo normal
- se retrae de tener una relación social con otros
- se vuelve agresivo(a)
- a veces empieza a abusar del cigarrillo, el alcohol u otras drogas
- sentimientos de culpa y de tristeza
- depresión
- ansiedad
- tensión
- irritabilidad
- temor
- fatiga
- siente demasiada preocupación
- actitudes negativas hacia otros
- actitudes negativas hacia sí mismo
- dificultad para concentrarse
- pesadillas en la noche
- se siente incapaz, sin esperanza o al borde de un fracaso
- le da miedo todo lo que pasa
- le preocupa todo
- hay fallas en tomar decisiones
- confusión
- culpas hacia otros
Es normal que en toda familia haya conflictos o desacuerdos, es parte normal de la vida familiar pero es importante aprender a ventilar los problemas en una atmósfera pacífica, donde haya comunicación y respeto. |