Mujer: estar en casa no es perder el tiempo

El hecho que las mujeres sean llamadas a estar en casa, a criar hijos, a tener la casa en orden y atender a su marido no es perder el tiempo.

Muchas veces pensamos en las nuevas modas o pensamientos humanistas donde se hace creer que el estar mucho tiempo en casa como madre significa estar siendo sobajada o estar perdiendo la autoestima y lugar en la sociedad; de ninguna manera.

Este es el plan divino y es un desafío para aquellas mujeres que quieran realmente mostrarse mujeres a sí mismas. Es hermosa la tarea de formar una familia y estar en casa.

En el plan de Dios para la familia, Él diseñó precisamente que el hombre no estuviera solo y que tuviera una ayuda en la cual él pudiera apoyarse, y esta ayuda es precisamente la mujer y ella en ningún momento es relegada a un segundo plano, inferior o discriminativo.

Dios realmente le da un lugar importantísimo dentro de la familia, de tal manera que la autoestima en la mujer cuando está en casa, teniendo un hogar funcionando adecuadamente, provee una atmósfera hermosa incrementando la confianza de los hijos y de su esposo.

Es importante que toda la energía que hay en las madres puedan dirigirla hacia la crianza de los hijos y el cuidado del hogar.

Muchas personas se sorprenden de descubrir cuánto tiempo se requiere para cuidar una familia. Muchísimo tiempo; podemos decir que es una carrera donde las 24 horas al día se está trabajando, 7 días a la semana, 365 días al año, y además provee una alta autoestima a la mujer, cuando ésta se siente parte activa en la familia.

Las metas y propósitos que esposo y esposa se han propuesto juntos en la vida, pueden lograrlos a través del matrimonio o la familia, en beneficio de sus hijos:

  • Podrán ayudarles a cumplir sus metas como adolescentes, jóvenes o adultos.
  • Formarlos en un hogar con valores éticos, morales y cristianos.
  • Proveerles una profesión, carrera u oficio con que puedan hacerle frente a las necesidades económicas.
  • Prepararlos para servir en el hogar.

Vemos entonces que manejar los asuntos del hogar requiere destreza, inteligencia y sabiduría de parte de la mujer.

Está comprobado en los Estados Unidos, en Hispanoamérica, y aún en países que pertenecieron en un tiempo al bloque comunista, que la familia es importantísima para el desarrollo emocional, físico y mental de nuestros hijos.
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La maternidad es una verdadera vocación
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