¿Queremos realmente una solución a esto? La verdad es que es un tema complejo que no tiene una respuesta simple, La prevención debe exigirse como un compromiso de la sociedad ante la raíz del problema.
No hay una “varita mágica” para cambiar esta realidad. Esto es una problemática social muy profunda que tiene que ver con una mala función de parte de la familia.
La persona empieza a perder cierta sensibilidad a su esencia humana al ser influenciado por la televisión o por la música, que promueve a la mujer como un objeto sexual.
El sexo se promueve sólo como en un contexto de placer fuera del matrimonio sin importar ninguna restricción de tipo moral y ético, mucho menos una consideración en el ámbito espiritual, eso ya es imposible que se mencione prácticamente.
¿Entonces qué sucede? Que el individuo empieza a funcionar por debajo de la dignidad que debe de tener.
Se espera que como seres humanos podamos dar amor, tener comprensión hacia nuestro prójimo, que podamos tener tolerancia, solidarizarnos en caso de que nuestro prójimo esté en necesidad, poderlo ayudar. Esos son atributos 100% humanos.
Debemos ver a las personas como seres humanos del sexo opuesto, no como un objeto de placer sexual en donde darle rienda suelta a una lujuria.
Todo eso deshumaniza a la persona. Pero cuando el ser humano se comporta con dignidad hay atributos tan excelentes que Dios ha puesto en nosotros como seres humanos. El saber perdonar, ser tolerantes, solidarizarnos, amar a nuestro prójimo.
Sin embargo sucede que la música que los jóvenes y los adolescentes escuchan, enseña todo lo contrario; enseña la venganza romántica, la aventura sexual, la infidelidad conyugal. No se diga la televisión que sus programas con mayor raiting son aquellos donde salen mujeres semidesnudas.
Todo esto provoca un deseo impuro hacia las mujeres, hacia su cuerpo, quitando la dignidad que como ser humano se debe de tener. También se promueven los antivalores de que para ser feliz hay que beber bebidas alcohólicas, hay que fumar tal marca de cigarro, hay que hacer tal o cual cosa, tener un auto de tal marca, vestir tal tipo de ropa.
Todo esto te habla de un materialismo muy arraigado ya en nuestra sociedad que despersonaliza al individuo, donde lo importante es qué tienes, cuánto tienes, qué vistes y con qué tipo de mujer u hombre te relacionas.
Por supuesto que de repente pasan por televisión algún programa que enseña valores, o hacen un foro de 2 o 3 personas donde se invita a los jóvenes a no drogarse, a tener respeto por sus semejantes y por los adultos.
Pero seamos honestos, dejemos la hipocresía para otro momento. Cuando los jóvenes están viendo programas de violencia 5 o 7 horas al día, y en 5 minutos les quieren dar una terapia para que sean buenos jóvenes, responsables, que no tomen ni se emborrachen, eso es realmente una propaganda hipócrita.
Estamos cosechando lo que como sociedad se ha sembrado.
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