Por qué decimos NO al aborto II Parte

 

Una manifestación del amor más puro
 

Por: Ing. Gilberto Sánchez

El que uno ponga su vida por otros es una manifestación del amor más puro que pueda haber en el ser humano. Tener y experimentar lo que es poner la vida para que otros sean beneficiados, trae plenitud. Simple y sencillamente, se llama amor.  Una persona que ama sabe negarse y hacer a un lado sus intereses, si es necesario.

            Nuestra sociedad avala la forma de vida que te permite hacer lo que tú quieras, sin restricción. Y cuando una persona se atreve a alzar la mano para decir que eso no está bien porque perjudica los derechos de otros, no falta quien diga que es un atentado contra los derechos de libertad y de expresión.

Sin embargo, cualquier sociedad restringe al individuo la libertad de escoger, cuando afecta a otros. Todas las leyes restringen aquellas decisiones que pueden llevarnos a afectar a terceros.

Tener hijos es una decisión personal

“Cada mujer debe tener control sobre su propio cuerpo. La libertad de reproducción es un derecho básico. Que una mujer tenga hijos es una decisión personal”.

 No todas las cosas que se hacen son correctas, tampoco todas deben ser protegidas legalmente. No son correctas cuando afectan a terceros. Y son ese tipo de decisiones las que deben ser restringidas.

Durante la esclavitud, los blancos creían tener derecho a esclavizar a los negros; sin embargo, estaban pisoteando los derechos de los esclavos. Por eso fue abolida y se determinó que, tanto los blancos como los negros, son seres humanos y tienen los mismos derechos.

Lo mismo pasó en la Segunda Guerra Mundial; los alemanes decían tener derecho sobre los judíos y terminaron matándolos. Uno de los peores genocidios de la humanidad.
El aborto es una decisión entre la mujer y su médico. No le incumbe a nadie más. Entonces, las golpizas que les dan algunos maridos a sus mujeres, ¿no le incumben a nadie? ¿Pueden golpear a sus esposas simplemente porque es algo personal, entre él y su mujer? Definitivamente no. Eso es abuso de poder; el más fuerte abusa del débil. Lo mismo sucede en el aborto. No, el aborto no incumbe sólo a la mujer y su médico.

Además, hay médicos que son excelentes; pero a la hora de tomar decisiones, no tienen valores morales. Que los médicos son capaces de emitir juicios morales profundamente incompetentes fue demostrado en la Segunda Guerra Mundial.

Robert J. Lifton, en su importante libro “Los médicos nazis: Asesinato médico y la psicología del genocidio”, evidencia como profesionales médicos, normales e inteligentes, apoyaron y participaron en crueles y mortales operaciones con chocante facilidad. Ellos eran el personal médico mejor entrenado en Europa, pero fueron fuentes pobres de orientación moral.

¿Y los padres?
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