Cómo criar a nuestros hijos adolescentes VI:
"Cómo ayudar a los adolescentes "

 

¿Cuáles son los métodos para establecer reglas y consecuencias?
 

Dr. Sergio H. Canavati Ayub

Lo que tú esperas que tu hijo haga y las consecuencias que van a venir al no cumplir la regla, deben ser marcadas y enfatizadas con anterioridad al adolescente, para que nuestro trato con él sea de una manera efectiva.

            Ambos deben saber exactamente qué comportamiento es esperado y qué consecuencias habrá si no se actúa de esa manera.

            Hay varias maneras generales para establecer reglas y consecuencias, veamos la siguiente:

Usar consecuencias naturales. Algunos comportamientos traen consigo consecuencias naturales suficientes para producir cambios.

            Por ejemplo: “cualquiera que rompa algo en la casa será responsable de pagarlo y de repararlo”. La consecuencia natural de azotar la puerta y quebrarla es que pague los gastos.

            Otro ejemplo podría ser que tú, mamá, sólo lavaras la ropa sucia que esté en el cesto. Por consiguiente, si el joven no pone su ropa en el cesto no tendrá ropa limpia que ponerse y tendrán que lavarla.

            Puedes determinar que la hora de servir la cena sea a las 8:00 de la noche, si el muchacho llega a las 8:30, se encontrará con que no tendrá nada qué cenar o tendrá que preparárselo él mismo.

            Así, los padres le están diciendo a sus hijos: “si tú cooperas conmigo, yo cooperaré contigo”.

Padre e hijo tiene ciertos quehaceres y responsabilidades. Puedes decirle:

“Si yo tengo qué hacer lo que te tocaba a ti, hijo, porque tú no lo hiciste, tendré que usar mi tiempo libre para hacer lo que tú deberías haber hecho; y entonces, no tendré tiempo para hacer lo que tú quieres”.

            Algunos adolescentes sienten que tienen que hacer diez cosas por cada una de las cosas que sus padres hacen por ellos. Es necesario usar frecuentemente las consecuencias naturales para tratar con esta situación.

            El padre debe decirle al muchacho:

“Tú no quieres que te pida que hagas algo y quieres que deje de molestarte. Bueno, yo estaré feliz de hacerlo, pero recuerda, si yo no te pido que me ayudes en algo, tú tampoco me pidas que haga algo por ti o para ti”.

            Al principio el joven puede pensar que es un buen trato, que ya su padre lo va a dejar en paz. Pero después de un tiempo, se dará cuenta de que no fue un buen trato y que el padre hace mucho más por él de lo que se imaginaba.

Seamos prácticos
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