El día de hoy vamos a hablar sobre un tema que necesita ser tratado y profundizado, probablemente para muchos resulte un tema común o cotidiano, para otros un tema extraño y para otros un tema que deseaban escuchar. Éste es: ¿qué es ser hombre?
El diccionario de la Real Academia Española define al hombre como “un individuo que tiene las cualidades consideradas varoniles por excelencia, como el valor y la firmeza”. En la actualidad, esta definición está en crisis, los cambios sociales han provocado un cambio en los roles tradicionales y cada vez hay menos tareas exclusivas de hombres o de mujeres.
¿Por qué estamos viendo una gran crisis en los hogares? ¿Por qué hay un aumento en el número de crímenes y violencia en el medio social de los países de habla hispana? ¿Por qué hay una falta de liderazgo y de ejemplos a seguir masculinos, que puedan ser imitados por los jóvenes que hoy están desubicados? ¿Por qué hay muchas mujeres que sufren violencia intrafamiliar? ¿Por qué hay tantos jóvenes que sufren la ausencia de un padre, aún cuando éste está vivo, porque no es consciente de las necesidades reales de su hijo y no cumple con su papel de padre?
Un ejemplo claro de este cambio es el nuevo modelo de hombre, el cual venden los medios de comunicación: un hombre que le gusta vestirse bien, se cuida la piel, usa cremas, se pinta el pelo, etc. En fin, un hombre demasiado interesado en su físico. Otro modelo de hombre es aquel que tiene un aspecto demasiado masculino.
La mayoría de las personas estarán de acuerdo en la frase: “los hombres de ahora ya no son como los de antes”. Claramente se puede hablar de una crisis de la masculinidad, de un desajuste en el trato entre los hombres y las mujeres y también en la manera en la que ellos mismos se perciben.
Existe una imagen de lo masculino que ha sido trasmitida de generación en generación y en la que pocas veces nos ponemos a reflexionar; desde la infancia los niños aprenden que un verdadero hombre debe mostrarse fuerte y seguro de sí mismo, competitivo y ganador. Este modelo de masculinidad también incluye prohibiciones, como no llorar, no mostrarse débil, temeroso o inseguro, no fracasar, etc.
Este cambio actual en la masculinidad le quita peso a muchas verdades masculinas, entre ellas, la sumisión de la mujer; esto genera no una crisis, pero si una inquietud y desconcierto en muchos hombres. |