Por: Dr. Salvador Cárdenas
Todos tenemos esos deseos sexuales desde la adolescencia, cuando el cuerpo cambia y ciertos caracteres del hombre y de la mujer empiezan a manifestarse. No es la adolescencia o la juventud el momento adecuado para satisfacer esos impulsos, sino el matrimonio, cuando ya hay un compromiso entre el hombre y la mujer. Ese es el momento adecuado para satisfacer los deseos sexuales.
Cuando esos impulsos no son satisfechos exponen a la persona a buscar fuera del matrimonio lo que debe encontrarse dentro del mismo, que es la satisfacción sexual. Los momentos íntimos en una pareja no deben acabarse, pues éstos fortalecen la relación, haciéndola más armoniosa, satisfactoria y duradera.
Está demostrado que una pareja que sabe satisfacer la necesidad sexual mutua, produce estabilidad en el matrimonio y protege, en muchos sentidos, contra la posibilidad del adulterio.
En una ocasión, un matrimonio me contaba su situación, la cual quiero comentar porque es algo que se presenta frecuentemente en las parejas. Era una pareja joven, en la que la mujer no tenía mucho interés en lo sexual y le restaba importancia. El joven marido se angustiaba al ver esa actitud en su esposa, se frustraba y lo llevaba a cuestionarse a sí mismo.
Al platicar con ella le hice ver que el no colaborar para satisfacer mutuamente esa necesidad puede condicionar graves problemas en el matrimonio. Gracias a Dios, ella entendió que el sexo le da estabilidad a la vida en pareja. Con el tiempo, empezó a haber mayor sensibilidad hacia las necesidades del otro y las cosas se dieron bien. Esta pareja hoy es un matrimonio estable y la satisfacción sexual les ha ayudado a tener una buena relación matrimonial.
Este tipo de situaciones se dan muy frecuentemente en el matrimonio; sin embargo, no deben suceder, esto debe abordarse como pareja y debe buscarse ayuda para salir adelante.
Dios no se equivoca, él nos creó con esos deseos sexuales, que traen cosas muy buenas, tales como el placer, la satisfacción, la unión y la estabilidad, que se dan cuando hay una buena relación sexual. |