Problemas de Aprendizaje (II Parte)
 

Anímelos a esforzarse y felicite sus logros
 

Por: Lic. José Eduardo Alvarado

Nuestros hijos necesitan aliento siempre, cualquier ser humano lo necesita, y en el proceso de aprendizaje esto es desesperadamente necesario. Anime a sus hijos a que cuando algo se les dificulte se esfuercen, y cuando lo logren, felicítelos. Esto es invaluable para sus hijos.

Cuando una persona demuestra aprecio y confianza en otra, ésta se siente revaluada y hace su trabajo con más expectativa y mejores propuestas. La motivación es un gran motor para que las cosas vayan mejor y en el aprendizaje esto es invaluable.

Es importante aplaudir su trabajo bien hecho. Yo recompenso el trabajo de mis hijos y no me refiero a darles regalos materiales solamente. Cuando corrijo la gramática o las matemáticas de mis hijos escribo mensajes breves en su cuaderno que expresen aprobación o reconocimiento, como “¡Me siento orgulloso de ti, veo que te has esforzado y el trabajo que haces está rindiendo fruto, sigue así!”

Estas ideas trascienden al alma y los mantendrá siempre aferrados a una idea: “mi padre sabe por dónde guiarme y cómo darme el mejor consejo siempre”.

Los niños disfrutan mucho esos recados y en muchas ocasiones yo he recibido también recados de parte de ellos que me han motivado para seguir adelante. Todos los niños, y los adultos también, se sienten motivados a hacer algo cuando están seguros de que van a tener éxito. El éxito en el pasado aumenta la expectativa de que se va a tener éxito también en el futuro.

Yo siempre trato de llevar a mis hijos al éxito, y de éxito en éxito, mediante reforzamiento positivo. En una ocasión las notas de mi hija habían bajado, yo platiqué con ella y le dije: “Hija, debes entender algo: no puedes confiar en ti misma solamente, necesitas siempre el apoyo de tu padre, madre y maestros. Pero no te preocupes, yo voy a estar contigo y te voy a ayudar, vas a ver que la próxima calificación va a ser buena”.
En efecto, la siguiente nota que obtuvo fue sobresaliente y ella se dio cuenta que siempre necesita la ayuda de las personas que están al pendiente de ella, como son el padre y la madre. Cuando un hijo está experimentando dificultades en cierta área, es importante regresarlo a su último éxito y partir de ahí.

Esto no podría lograrse, a pesar de que se identificara el problema, si el padre no está cerca. Si los problemas del aprendizaje no se identifican, traerán más problemas, cada vez más graves; si se identifican y se tratan a tiempo, la educación, la autoestima, la vocación, la socialización y las actividades diarias del niño se verán revaluadas.
 
Por ejemplo, un niño que no aprende a sumar bien en primaria no podrá con el álgebra de secundaria. Al tratar de aprenderlo se va a frustrar y comenzará a desarrollar problemas emocionales, tales como baja autoestima.

En 1983 la American Burn Association señaló que existe un vínculo inequívoco entre los problemas de aprendizaje no diagnosticados a tiempo y la delincuencia juvenil. Esto quiere decir que cuando no se diagnostica a tiempo un problema de aprendizaje, ese niño puede estar en proceso de convertirse en un delincuente juvenil.

Dado que un niño aprende de lo que ve, tiene que haber un ejemplo congruente cuando el padre trasmite una enseñanza. Los niños detectan cuando hay hipocresía y cuando no se es congruente con lo que se vive. Si un padre va a enseñarle algo a su hijo, trate de trasmitirlo con su propia vivencia. De esta manera tiene asegurado el éxito.

Si usted desea que su hijo aprenda de su ejemplo, actúe basado en los principios de justicia y vívalos; no hay un ejemplo más poderoso que ése. Usted puede mandarlos a estudiar a la escuela más prestigiosa que conozca, pero nada compensa la falta de su propio ejemplo para que aprendan lo bueno.

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