Por: Dr. Sergio H. Canavati Ayub
Hoy en día, vivimos en una época en la que se ha perdido la confianza; ya sea debido a la crisis económica, a las expectativas que no se han cumplido, o al observar que el mundo se sumerge cada vez más en una crisis política, social, económica y religiosa.
Se ha perdido la confianza al ver que surgen nuevas enfermedades, las cuales no tienen cura y al ver instituciones que han caído en descrédito ante los ojos de los hombres por sus malos manejos. Hay una crisis de confianza en la moneda y en la seguridad económica futuras. Los seres humanos ven como si el mundo se estuviera derrumbando alrededor.
Dicha crisis de confianza también está afectando la relación entre padre e hijo. Ellos han perdido la confianza en sus padres por diferentes razones, entre ellas la desintegración familiar, el divorcio y la falta de amor, aceptación y perdón.
Otros jóvenes sienten que han perdido la confianza en sus padres porque éstos no les han cumplido las promesas que les han hecho o porque ven que no pueden enfrentar siquiera sus propios problemas. Los esposos no saben relacionarse adecuadamente y hay discusiones o pleitos en el hogar, donde inclusive se manifiesta la violencia familiar. Esto lleva a los hijos perder la confianza en sus padres.
Se requiere restaurar la confianza de los hijos hacia los padres. Cualquier hijo que no tiene confianza en su padre va rumbo a una gran desorientación, a un vacío espiritual y existencial en su vida, y a una confusión perpetua. |